«La Mujer en el tiempo de las Catedrales» de Régine Pernoud
Hna. Marie de la Sagesse Sequeiros
Artículo sobre el libro de Régine Pernoud «La Mujer en el tiempo de las Catedrales» (Bs. As., Andrés Bello, 1999, 319 pp), publicado originalmente en la Revista Gladius de Argentina, en el año 2009. Si bien este artículo enfoca el tema de la mujer en un determinado período medieval, resume muy bien la decisiva revaloración que el cristianismo hizo de la mujer a través de la historia.
Una mujer oscurantista
A diez años de su muerte, quisiéramos redimensionar este hermoso libro de la gran historiadora francesa Régine Pernoud (1909-1998). Mundialmente reconocida, Pernoud era doctora en letras y paleógrafa formada en l´Ecole des Chartres y en l’Ecole du Louvre; dedicó su vida al estudio del período medieval, especializándose en las grandes figuras femeninas de la época. Publicó más de 80 libros, de los cuales 20 fueron best-sellers, entre otros: Les Croisés (1959), Pour en finir avec le Moyen-Age (1977), J´ai nom Jeanne la Pucelle (1994), Hildegarde de Bingen: Conscience inspirée du XIIe siècle (1994), Aliénor d´Aquitaine (1965), La femme au temps des Croisades y La femme au temps des Cathédrales (ambos de 1980). Fundó además en 1973 el Centre Jeanne d´Arc en Orleáns y entre otras distinciones recibió el doctorado honoris causa por las universidades de Uppsala, Río de Janeiro y Santiago de Chile.
Todo tiempo pasado fue peor
El libro que nos ocupa ahora se divide en tres partes: la mujer antes de las catedrales, la mujer en la época feudal o período central de la Cristiandad (950-1250) y la mujer después del tiempo de las catedrales, mostrándonos así una visión de conjunto de la condición femenina en Europa Occidental entre los siglos V y XV.
En contraste con la actual propaganda feminista que endilga gratuitamente al “cristianismo” el ser promotor de la “discriminación” contra la mujer y a la vez “inventor” de la “culpa”, la autora comienza haciendo un análisis jurídico de la situación de la mujer en el imperio romano mostrando con crudeza su inexistencia legal, al punto de ser considerada –para el derecho pagano– casi al mismo nivel de un esclavo. En la Roma clásica sobresalía el poder del pater familias quien, dotado de plena ciudadanía, era propietario absoluto y gran sacerdote de la casa, de cuya autoridad dependía la religión. Su papel era tan importante que tenía incluso el derecho de vida y de muerte sobre sus hijos y era el único que determinaba legalmente el matrimonio de su hija mujer, pudiendo hasta matarla en caso de encontrarla culpable de adulterio. Para el famoso jurista Robert Villers: “En Roma, la mujer, sin exageración ni paradoja, no era sujeto de derecho... Su condición personal, la relación de la mujer con sus padres o con su marido son competencia de la domus, de la que el padre, el suegro o el marido son jefes todopoderosos... la mujer es únicamente un objeto” (p. 22).