sábado, 24 de diciembre de 2022
jueves, 15 de diciembre de 2022
El Bautismo de Aristóteles (por Santo Tomás de Aquino) - Ernesto Alonso
domingo, 27 de noviembre de 2022
“Teología del Pueblo”: ¿Teología o Ideología? - Carlos Daniel Lasa
1.- Introducción
lunes, 7 de noviembre de 2022
Metáfora del Espejo y Terapéutica del Alma en los Padres de la Iglesia - Santiago Vázquez
lunes, 31 de octubre de 2022
Naturaleza, Gracia y Magia en los Santos Padres. Una Aproximación a la Cura Cristiana del Alma - María Teresa Gargiulo
lunes, 24 de octubre de 2022
Los Padres de la Iglesia como Fuente de la Doctrina de la Fe - Claudio Mayeregger
sábado, 22 de octubre de 2022
Tres Notas sobre la Ideología en un Texto de Rubén Calderón Bouchet [In Memoriam] - Ernesto Alonso
miércoles, 19 de octubre de 2022
La Teología Mística del Pseudo Dionisio Areopagita - P. Ignacio Andereggen
lunes, 10 de octubre de 2022
Educación y Sabiduría en San Agustín de Hipona - Carlos Daniel Lasa
sábado, 1 de octubre de 2022
El Nacimiento de la Cultura Cristiana y los Padres de la Iglesia - Rubén Peretó Rivas
viernes, 30 de septiembre de 2022
Orígenes: el Pensamiento [07] - Benedicto XVI
miércoles, 28 de septiembre de 2022
Orígenes: Vida y Obra [06] - Benedicto XVI
lunes, 26 de septiembre de 2022
Clemente de Alejandría [05] - Benedicto XVI
domingo, 25 de septiembre de 2022
Evagrio Póntico y su Influencia Espiritual - P. Miguel Ángel Fuentes IVE
sábado, 24 de septiembre de 2022
San Ireneo de Lyon [04] - Benedicto XVI
domingo, 4 de septiembre de 2022
Los Sentidos Escriturarios en los Padres de la Iglesia (Resumidos por Santo Tomás de Aquino) - Fray Patricio Battaglia OP
viernes, 2 de septiembre de 2022
San Justino [03] - Benedicto XVI
martes, 30 de agosto de 2022
El Encuentro de la Filosofía Cristiana con la Filosofía Pagana en el “Diálogo con Trifón” de san Justino Mártir - Hugo Costarelli Brandi
sábado, 27 de agosto de 2022
San Ignacio de Antioquía [02] - Benedicto XVI
jueves, 25 de agosto de 2022
Monseñor Jorge Luis Lona In Memoriam - Mario Caponnetto
El pasado 19 de agosto, tras una larga y penosa enfermedad, murió en la ciudad de Mendoza en la que residía, Monseñor Jorge Luís Lona, Obispo Emérito de la Diócesis de San Luís. Con él se fue un auténtico pastor, un dignísimo sucesor de los Apóstoles, un acabado ejemplo de lo que ha de ser un obispo según el designio de Cristo que edificó su Iglesia sobre el cimiento inconmovible de Pedro y los Apóstoles. Y eso fue, ante todo y sobre todo, Monseñor Lona: un apóstol, el siervo bueno y fiel que bien pudo decir con San Pablo: “libré el buen combate, cumplí mi carrera, conservé la Fe” (II Timoteo, 4, 6).
Ateo declarado en su juventud, la gracia del Señor lo tocó. Su vida fue una “aventura de la gracia”. Aventura que lo llevó de sus errores juveniles a abrazar la Fe verdadera, primero, luego el sacerdocio y, finalmente, como culminación de este camino de gracia, su ascensión al episcopado.
Recordamos al respecto dos comentarios que nos hizo, en ocasiones distintas, acerca de su elevación al orden episcopal. El primero, expresión de ese gran sentido del humor tan característico en él, fue que su designación como obispo había que tomarla como “una humorada del Padre Eterno”. Es que su designación episcopal fue la mayor sorpresa de su vida: jamás la imaginó, menos la deseó; tal vez quiso exclamar como María que el Señor había puesto su mirada en la pequeñez de su siervo. Así de humilde, sin afectación alguna y con cristiana ironía, era Monseñor Lona.