miércoles, 25 de septiembre de 2019

Razones Políticas para Defender Hoy la Cristiandad - Héctor Hernández

Razones Políticas para Defender Hoy la Cristiandad
Dr. Héctor Hernández


[Centro Pieper] El Centro de Humanidades Josef Pieper tiene el agrado de invitarlos a participar del séptimo Café Cultural del año, a realizarse el próximo viernes 27 de Septiembre a partir de las 19hs en Santiago del Estero 3965, de nuestra ciudad de Mar del Plata.

El tema que convoca en esta oportunidad es “Razones Políticas para Defender Hoy la Cristiandad”, a cargo del Dr. Héctor Hernández, quien continúa así el Curso “El Hombre, Animal Político” que dicta el Centro Pieper este año, bajo el lema: “Pasión por la Verdad”.

El Ingreso a este Café Cultural es Libre y Gratuito. Se pide a los participantes una colaboración voluntaria para solventar gastos. 

El Curso está dirigido a Jóvenes y Adultos en general, Profesionales, Docentes y Estudiantes Universitarios, Agentes de Pastoral, etc.


Para mayor información:
Móvil / WhatsApp: 223-5-034406
Correo electrónico: centropieper@gmail.com


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Para conocer la programación completa del Curso “El Hombre, Animal Político”, sus fechas, expositores y costo:





1 comentario:

  1. Conocí una buena familia que tenía un buen padre de familia, viéndolo a la distancia uno no está muy seguro de estas afirmaciones hechas hace un momento pero uno debe buscar una forma de escribir y de pensar lo que pasa, así, que aceptémoslo como un comienzo y a los solos fines del desarrollo de una idea, pero una idea puede no ser real o verdadera, el buen padre de familia falleció repentinamente y no había nadie con su capacidad y bondad para sucederlo, la familia se dividió, muchos de ellos entraron en conflicto entre sí y se esparció el odio y la división con lo que terminó siendo una mala familia. Uno, entonces, ante la confusión del relato se plantea las preguntas que no se formularon en el comienzo: ¿Era verdaderamente una buena familia? ¿Era el padre de familia bueno si no pudo tener un sucesor digno? ¿Habrá el autor comenzado mal el relato? Cuando una persona analiza la historia de la Iglesia y ve lo que es ahora, en lo que se ha convertido, comienza a darse cuenta de que la percepción que uno tenía de esa Iglesia ha cambiado demasiado en muy poco tiempo pero ¿Cuál es la percepción correcta y verdadera? Había una Iglesia con Juan Pablo II y Benedicto XVI y uno veía que existía en Ella una buena y santa doctrina, una doctrina hermosa, más allá de ciertos errores en el Concilio Vaticano II, más allá de que la misa ordinaria no sea como la extraordinaria, más allá de errores o pecados que pudieran haber cometido en específicos momentos los pontífices anteriores, más allá de todo eso uno creía que tan buena doctrina solamente podía provenir de Dios y de la bondad de los hombres que la desarrollaron, había algo en ella que uno percibía como grandioso, bueno, bello y santo. Hoy los hombres de la Iglesia son los mismos pero no está más Juan Pablo II y Benedicto renunció y todo se ha vuelto muy raro, muy extraño, la fe defendida antes ahora no se la enseña claramente, ahora todo lo que se escucha de esos hombres o no es importante para solucionar los problemas de la Iglesia o son novedades y, por ello, errores y pecados, cuando no barbaridades y cuando uno afirma esto último, esos malos hombres dicen: “Lo que sucede es que Ud. no entiende la realidad de la Iglesia“ o “Eso es guiarse por calumnias de los medios contra la Iglesia“ pero ¿es la misma institución? y uno se pregunta qué pasó, ¿quién les robó a esos hombres su bondad y su hombría? ¿Cómo pueden no hablar ni escribir nada esos doctores de ciertos graves pecados y errores que se están cometiendo en la institución frente a sus propias narices? ¿Puede haber santidad en una obediencia ciega que se niega a distinguir entre el bien y el mal y a combatir el mal? ¡Qué les pasa, por Dios, por qué no encaran los problemas como deberían! Y llega uno a la conclusión de que Jesucristo con sus sacramentos, con sus Santos Evangelios, con las doctrinas de los santos doctores de la Iglesia, con la santa Tradición, con los consagrados sacerdotes, obispos, papas, con las sagradas catedrales, con sus mártires y santos verdaderos y no publicitarios, con sus templos consagrados, no puede hacer más buenos a los hombres basta con cambiar la piedra de Pedro y se derrumba todo el edificio. Por algo dijo: “Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán sobre Ella“ y, luego, se preguntó si hallaría fe en los hombres a su regreso.

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