miércoles, 9 de octubre de 2019

La Economía como Ciencia Moral - Ricardo Crespo

La Economía como Ciencia Moral
Dr. Ricardo Crespo


[Centro Pieper] El Centro de Humanidades Josef Pieper tiene el agrado de invitarlos a participar del octavo Café Cultural del año, a realizarse el próximo viernes 11 de Octubre a partir de las 19hs en Santiago del Estero 3965, de nuestra ciudad de Mar del Plata.

El tema que convoca en esta oportunidad es “La Economía como Ciencia Moral”, a cargo del Dr. Ricardo Crespo, quien continúa así el Curso “El Hombre, Animal Político” que dicta el Centro Pieper este año, bajo el lema: “Pasión por la Verdad”.

Ricardo Crespo es Licenciado en Economía por la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA), Licenciado y Doctor en Filosofía por la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, y Doctor en Economía por la Universidad de Amsterdam (Holanda). Es Profesor de Filosofía de la Economía en la Universidad Austral de Buenos Aires e Investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Argentina. 

El Ingreso a este Café Cultural es Libre y Gratuito. Se pide a los participantes una colaboración voluntaria para solventar gastos.


El Dr. Crespo ha escrito los siguientes libros:

+ «La economía como ciencia moral. Nuevas perspectivas de la Teoría económica», Educa, Buenos Aires, 1997. 

+ «La Crisis de las Teorías Económicas Liberales». Fundación Banco de Boston, Buenos Aires, 1998 (reed. en U. Autónoma de Guadalajara, México, 2003).

+ «Liberalismo económico y libertad», Rialp, Madrid, 2000.

+ «Descubrir la melodía. El pensamiento filosófico de Keynes», Eiunsa, Madrid, 2005.

+ «Theoretical and Practical Reason in Economics. Capacities and Capabilities», Springer Verlag. Berlin, Londres, Nueva York, 2012.

+ «Filosofía de la economía», Eunsa, Pamplona, 2012.

Afirma en su libro sobre «La economía como ciencia moral» que esta obra suya «pretende ser una narración de las vicisitudes sufridas por el carácter moral de la economía desde Aristóteles a nuestros días. Se explicará en qué sentido la economía nació moral con Aristóteles, cómo prácticamente se perdió ese carácter, y cómo se está recuperando hoy día. Nuestra tesis es la vigencia del planteo de fondo de la doctrina económica aristotélica y de su estatuto epistemológico para la solución de la actual crisis de la teoría económica. Pretendemos que quede claro que la economía es una ciencia moral y qué significa esto. Aclaramos que nuestro objetivo no es, en cambio, brindar recetas metodológicas concretas, sino sólo y fundamentalmente asentar el marco epistemológico adecuado: la consideración de la economía como ciencia práctica en el sentido aristotélico» (p. 19). 

Deseamos que esta Conferencia en el marco del Curso 2019 del Centro Pieper colabore en la reinserción de la Economía dentro de las Ciencias Morales.


Para mayor información:
Móvil / WhatsApp: 223-5-034406
Correo electrónico: centropieper@gmail.com


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Para conocer la programación completa del Curso “El Hombre, Animal Político”, sus fechas, expositores y costo:





5 comentarios:

  1. Los errores de los argentinos

    Los cálculos y acciones de los argentinos estuvieron cubiertos de errores en estas elecciones no solamente las encuestadoras que no previeron una diferencia de 15 puntos en las PASO sino que a nadie se le ocurrió que esa diferencia podía existir, ni a políticos ni a economistas, ni a nadie.

    Luego, en las elecciones del 27 de octubre 2019 no solamente las encuestadoras preveían una amplia diferencia similar a la de las PASO entre Fernandez y Macri sino que fue una sorpresa para todos que Juntos para el Cambio sacara un poco más del 40% de los votos y que el kirchnerismo solamente sacara el 48%.

    Con ello, tanto el macrismo como el kirchnerismo salieron ganando, el macrismo obtuvo más votos que en las elecciones primarias del 2015 con 34,9% y el kichnerismo obtuvo en 2015 solamente el 36,1% por lo que la grieta benefició a ambos salvo que el macrismo termine como De la Rúa podemos aspirar, en el mejor de los casos a un bipartidimo como el que gobernó la Argentina los últimos 70 años y a más de decadencia o en el peor de los casos a un socialismo siglo XXI estilo Venezuela.

    Es cierto que ninguno de los partidos que gobernaron la Argentina desde el inicio de la democracia fue de economía de mercado o liberal y esa falta permitió una Argentina empobrecida con los años pero, también, es cierto que la ausencia de un partido liberal que se sostuviera en el tiempo impidió que un partido de esas características ocupara un importante espacio en las decisiones políticas.

    La ausencia de un partido de economía de mercado o de sano capitalismo según Juan Pablo II apoyado por los liberales a largo plazo y el volcar todo el esfuerzo en una supuesta batalla cultural únicamente ha tenido como resultado, hasta el momento presente, la pobreza moral y cultural en la dirigencia política argentina y la mayor pobreza en el país.

    Muchos liberales y partidarios de la economía de mercado han aplicado la Realpolitik, a saber, entre dos partidos malos con chance de ganar una elección, elegir el mal menor, ello pasó con Alfonsín, con De la Rúa, con Kirchner, con Macri y, nuevamente, con Macri, no así con Angeloz y Menem, como consecuencia de la Realpolitik aplicada por los liberales nos encontramos sin un partido liberal fuerte y con dos híbridos: el kirchnerismo, un híbrido entre el peronismo y el socialismo del siglo XXI o comunismo, y el macrismo, un híbrido entre el peronismo, radicalismo, socialismo, kirchnerismo, etc.

    Nadie esperaba que Argentina se pareciera tanto a Venezuela en 2019 pero los medios y la gente quieren convencerse de que Fernandez y el kirchnerismo van a llevar adelante un buen gobierno en los próximos años y que no terminaremos en una situación peor.

    En ese sentido, todos tratan de calmarse unos a otros, incluso los liberales y de poner buena onda como si solamente bastara con eso para hacer de un grupo de malos hombres en el poder unos buenos gobernantes aquí puede existir un error de apreciación mío sobre el gobierno que hará Fernandez con el kirchnerismo pero lo considero muy poco probable. Por lo pronto, el cepo de $100 dólares le pareció de maravilla y fueron a ayudar a conseguir más dinero del FMI que postergará, un poco, el definitivo default de la deuda.

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  2. Por otro lado, está sin resolver para los liberales el problema de Espert. Lo planteo como un problema para los liberales no solamente en la práctica sino en la teoría. Un problema es malo si uno no lo sabe resolver bien sino puede abrirle las puertas para una mejor comprensión de la realidad.
    Espert parece decidido a postularse en 2021 y 2023, eso nos exige plantear el problema que ha generado una grieta entre liberales macristas y liberales espertianos y ese problema constituye una posibilidad única para plantear un tema de gran importancia y supera la preocupación de algunos por la grieta liberal y los enojos y rencores.
    ¿Qué debe enseñar el liberalismo y la economía de mercado en materia política? ¿Debe enseñar a aplicar la Realpolitik o enseñar los principios republicanos y los principios y valores de la economía de mercado?
    Este es el problema porque o se practican y se enseñan los principios y valores de la economía de mercado y de la República o se practica y se enseña la Realpolitik, no puede practicarse Realpolitik y enseñarse valores y principios republicanos y de economía de mercado como no puede enseñarse la Realpollitik y practicarse lo opuesto.
    Esto no por el principio de no contradicción porque es posible encontrar una persona que en materia de política aplique la Realpolitik y que como educador, columnista o académico enseñe los valores republicanos y la economía de mercado pero sería un comportamiento hipócrita porque, en algún sentido, enseña algo que no cree conveniente llevar a la práctica, enseña algo que no cree o que cree que es falso desde la práctica o en la realidad.
    ¿Podremos dar una batalla cultural o enseñar algo sobre economía de mercado, sobre valores y principios republicanos si nos movemos en la práctica de acuerdo con la Realpolitik y si, en la práctica, hacemos lo contrario de lo que enseñamos o afirmamos?
    A mí, personalmente, no me importa, importó o importará para mis decisiones si Espert tiene, tenía o tendrá posibilidades de ganar las elecciones con su partido, lo que me interesa siempre es saber si su política económica es la correcta o no y si tiene una cierta moral para apoyarlo y votarlo.
    El problema de la grieta entre los liberales no es solamente establecer de manera clara si es correcto hacerle la guerra cultural a un liberal que se postule a presidente sino si corresponde apoyar un partido intervencionista siguiendo la Realpolitik como es el macrismo en una búsqueda permanente del mal menor que siempre es un mal y que termina generando decadencia desde hace siete décadas.
    Una decisión entre la Realpolitik y los principios y valores implica exigir e imponer en lo que uno hace y dice una cierta decencia y coherencia intelectual para dejar de boicotear a los candidatos partidarios de una economía de mercado aunque no sean perfectos y maravillosos y cometan errores políticos de cierta magnitud en sus inicios y aunque su partido no se destaque por tener, solamente, gente buena y capacitada, todo comienzo tiene ciertas imperfecciones que deberán corregirse. Podemos apoyar señalando errores y pidiendo correcciones pero no podemos exigir la perfección política en la Argentina y esto no es Realpolitik es, simplemente, la política de las universidades católicas que enseñaba monseñor Octavio Derisi aplicado a la política argentina.

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  3. Digamos claramente las cosas, en los futuros años si Fernandez no nos lleva a un socialismo siglo XXI las únicas posibilidades de que en Argentina se aplique una economía de mercado son: a) la teoría de Ricardo López Murphy de que la misma economía le va a exigir a un gobierno enderezar las cosas como, supuestamente, sucedió durante el gobierno de Menem, b) la idea de que se necesita un partido político de economía de mercado para que de alguna manera influya para que un gobierno tome las medidas acertadas de política económica participando en dicho gobierno, caso Ucede, y c) que se necesita formar un partido político de economía de mercado para que influya sobre los gobiernos intervencionistas o keynesianos, sin formar parte de los mismos, para evitar la sanción de leyes injustas o lograr la sanción de otras justas, formar la opinión pública y, en un supuesto especial, acceder al poder ganando las elecciones.
    Uno podría pensar que esta última idea debería ser desechada porque no ha sucedido en el pasado en Argentina pero como señalamos, en el pasado, muchos liberales han aplicado la Realpolitik y no han apostado a un partido de economía de mercado para el largo plazo, la Ucede cedió su partido para buscar el poder con Menem y como todo partido mediano que se incorpora a un gobierno de otro partido perdió para siempre su capacidad de captar votos pues, en esa posición, los éxitos son del gobierno y el partido mediano desaparece.
    La postura de Espert parecería ser formar un partido político de economía de mercado a largo plazo. Es la idea del pescado que se mueve fuera del agua sin saber si en algún momento llegará a ella pero que se mueve buscando el agua. Soy partidario de esta última postura.
    En la teoría de Ricardo López Murphy parecería que la batalla cultural del liberalismo no juega ningún papel. Y ceder el partido por puestos de gobierno como sucedió con la Ucede dio resultados opuestos a los esperados, desprestigio y desaparición del partido por las malas políticas fiscales y monetarias de Menem con una grave crisis en 2001, eso sí fue Realpolitik en acción.
    La decisión y el derecho de participar en política de Espert no depende de las mayorías ni de las minoría, de los éxitos o de los fracasos porque hay que respetar los derechos de cualquier ciudadano a participar activamente en política como candidato a presidente o vice y apoyarlo si consideramos que sus ideas son las correctas y que las llevará a cabo.

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  4. Porque lo que dice siempre la Realpolitik es tratar de que gane de los dos candidatos con más chances el que resulte un mal menor pero lo que dicen los principios y valores es que se debe apoyar la economía de mercado y no a candidatos que demostraron y demuestran un desprecio por la misma y por la República.
    Se debe permitir el ejercicio del derecho a ser candidato a presidente y a participar en política de los liberales y si uno considera la economía de mercado la mejor política económica apoyar a aquel candidato que claramente la sostiene.
    ¿Existe un derecho de los liberales a comportarse en la práctica siguiendo la Realpolitik?
    Es un derecho de todo liberal y de toda persona llevar a cabo acciones sobre la base de la Realpolitik, en ese sentido, no afirmamos que está bien y que es correcto y justo ese comportamiento sino que utilizamos la palabra derecho para señalar una simple tolerancia jurídica en el sentido de que debe ser permitido a los liberales y hombres comportarse de manera antiliberal y antirepublicana en política porque no corresponde coaccionarlos para lograr que se comporten como buenos hombres pero, a su vez, consideramos estas acciones como moralmente reprochables. Las permitimos en lo jurídico porque utilizar la coacción para exigir ciertos comportamientos morales no es correcto ni jurídica ni moralmente pero no las promovemos ni enseñamos.
    Los liberales deberán decidirse a elegir entre los principios y valores republicanos y de mercado y la Realpolitik porque la Realpolitik no es liberal, es antiliberal y antirepublicana y carece de toda moral.
    ¿Puede llevarse adelante la enseñanza de la economía de mercado y de la Realpolitik sin que sea absolutamente contradictorio lo que se enseña?
    Aquí si es posible aplicar el principio de no contradicción no pueden enseñarse cosas contradictorias como si las dos fueran verdaderas al mismo tiempo y desde el mismo punto de vista. Ya que no pueden practicarse ambas tampoco al mismo tiempo sin que deba ceder la Realpolitik o los principios y valores republicanos y de mercado lo que tenemos es una falta de coherencia y un error en el razonamiento cuando entre lo que se enseña y lo que se hace existe esta oposición.
    La coherencia entre teoría y práctica, entre pensamiento económico y político y la praxis se impone como una exigencia de la razón y como una obligación no solamente en la política sino en la batalla cultural.
    No es suficiente con que algunos académicos y políticos liberales del Primer Mundo nos guiñen el ojo para que de algo que es en esencia contradictorio no surja sino un mal para el país. Con lo que llegamos a que el problema Espert no es solamente el problema de Espert, aquí hay un problema ético y político para todo liberal que resolver previamente, un problema científico que debe resolverse desde el punto de vista académico y no simplemente evitarse.
    O priman en las enseñanzas y artículos de la batalla cultural los principios republicanos y de economía de mercado o directamente pasamos a enseñar otra cosa.
    Es significativo el hecho de que hasta un liberal de años una vez impuesto el primer cepo por el macrismo haya salido a defender el cepo aquí vemos que la razón impone, en última instancia, elegir los principios de mercado y morales o la Realpolitik.
    La Realpolitik es la política o diplomacia basada en intereses prácticos y acciones concretas, sin atender a la teoría o la filosofía como elementos formadores de políticas. La Realpolitik aboga por buscar el avance en los intereses de un país de acuerdo con las circunstancias actuales de su entorno, en lugar de seguir principios filosóficos, teóricos o morales. La batalla cultural por la economía de mercado y el capitalismo sano de Juan Pablo II exige cierto rechazo de políticas y partidos intervencionistas o keynesianos y no solamente desde lo teórico sino desde lo práctico un cierto combate en contra de la llegada al poder de partidos contrarios al mercado.

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  5. Se trata de tomarse los principios, la teoría y la moral en serio o dejarlas a un lado para conseguir mejores resultados buscando el mal menor. Esta es la discusión que quisiera que se llevara a cabo y que se resolviera en institutos de enseñanzas y fundaciones relacionadas con la economía de mercado. Dejaremos y apoyaremos a cualquier partido de economía de mercado o sano capitalismo según enseña Juan Pablo II que presente algunos candidatos con ciertos valores morales y cierta integridad demostrada durante toda una vida o seremos liberales en lo teórico mientras en lo práctico nos comportamos como radicales, macristas, kirchneristas o lo que sea que en un futuro aparezca como el mal menor, buscando y creando excusas para no votar lo que corresponde porque, supuestamente, no es lo suficientemente bueno el partido o por esta o aquella causa que no se refiera a una objeción de conciencia.
    Si no lo resolvemos la economía de mercado y el liberalismo no tendrán ningún futuro en Argentina ni para la batalla cultural ni en lo político como no lo tienen actualmente.
    Quisiera terminar esto con una mención sobre los errores, un error no significa necesariamente una mala acción moral y una mala acción moral no significa necesariamente un vicio, o sea, uno puede equivocarse de buena fe, uno puede equivocarse también de mala fe sin que ello lo convierta necesariamente en una persona malvada, generalmente, los errores académicos se originan en la soberbia, a mí me ha pasado, por soberbia uno cree saber más de lo que realmente sabe o se cree más inteligente de lo que es en realidad y se vuelve imprudente y comete el error.
    Luego de cometer el error quedan dos caminos o la pusilanimidad que es la otra cara de la soberbia, el pusilánime evita realizar nuevas acciones para no exponerse al fracaso porque se estima en más de lo que debe estimarse o la corrección de la conducta.
    Uno puede actuar en cierta situación con soberbia o pusilanimidad sin que ello implique necesariamente adquirir esos hábitos malos o vicios, tratemos de aprender de nuestros errores y ser más prudentes y humildes y seguir actuando en la política y en la vida para no ser pusilánimes.
    Alberto Ramón Althaus

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