El Significado Profético Extraordinario del Mensaje de Fátima
Mons. Atanasio Schneider
Conferencia impartida por Mons. Schneider en Fátima, Portugal, el viernes 14 de Julio del 2017. Fue organizada por el Portal Católico Español “Adelante la Fe”, ante un auditorio repleto, conmemorando el Centenario de las Apariciones.
La inefable sabiduría y misericordia de la Providencia Divina concede a todas las edades de la historia humana y la historia de la Iglesia los medios de socorro más necesarios para sanar las heridas espirituales y salvar a los hombres de las grandes calamidades espirituales y materiales. Por lo general, Dios interviene en los momentos más críticos de la historia humana y la historia sagrada mediante profecías auténticas que son examinadas y aceptadas por la Iglesia. Tales intervenciones Divinas se han dado a lo largo de la historia de la Iglesia y continuarán hasta el final de los tiempos.
El Magisterio de la Iglesia afirma en el “Catecismo de la Iglesia Católica”: «La economía cristiana, como alianza nueva y definitiva, nunca pasará; ni hay que esperar otra Revelación pública antes de la gloriosa manifestación de Nuestro Señor Jesucristo. A lo largo de los siglos ha habido revelaciones llamadas privadas, algunas de las cuales han sido reconocidas por la autoridad de la Iglesia. Éstas, sin embargo, no pertenecen al depósito de la fe. Su función no es la de mejorar o completar la Revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a vivir más plenamente en una cierta época de la historia. Guiado por el Magisterio de la Iglesia, el sentir de los fieles (sensus fidelium) [o sea, el sentido colectivo de los fieles] sabe discernir y acoger lo que en estas revelaciones constituye una llamada auténtica de Cristo o de sus santos a la Iglesia. La fe cristiana no puede aceptar revelaciones que pretenden superar o corregir la Revelación definitiva de la que Cristo es la plenitud. Es el caso de ciertas religiones no cristianas y también de ciertas sectas recientes que se fundan en semejantes revelaciones» (nº 66-67).
Las apariciones que tuvieron lugar en Fátima en 1917 pueden considerarse uno de los ejemplos más señalados de dones y carismas proféticos en la historia de la Iglesia. Dios envió a su Madre Inmaculada a Fátima en 1917, y la bienaventurada Madre de Dios proclamó sus apremiantes advertencias maternas en razón de los graves peligros espirituales que se cernían sobre toda la familia humana a comienzos del siglo XX. Estas advertencias de Nuestra Señora han resultado ser verdaderamente proféticas, en vista de la inusitada situación de incredulidad, ateísmo y rebelión descarada contra Dios y sus mandamientos en los tiempos que vivimos. Durante el siglo XX la vida privada y la pública se caracterizaban como una existencia sin Dios y contra Dios, sobre todo con las dictaduras ateas francmasónicas (por ejemplo, la dictadura masónica mexicana de los años veinte), el nacionalsocialismo hitleriano en Alemania, el comunismo soviético (en los países que conformaban la Unión Soviética) y el comunismo maoísta de China.