Influencia de la Cultura Francesa Católica de Post-Guerra en la Argentina
Inés de Cassagne
Inés Futten de la Colina de Cassagne es Dra. en Filosofía y Letras
por la Universidad de Buenos Aires (UBA)
Posibilidades de recepción:
francoparlantes y francolectores
En nuestro país la recepción de la producción literaria francesa era posible porque había francoparlantes y sobre todo francolectores. Los centros de estudio completo de idioma y cultura francesa eran la Alianza Francesa y el Instituto Nacional Superior del Profesorado en Lengua Vivas que formaba, con libros provenientes de Francia, profesoras de francés, preparándolas a lo largo de los ciclos primario y secundario. Pero también se enseñaba el idioma en los establecimientos de enseñanza pública y privada al menos hasta un nivel básico de “lectura”.
El Colegio Nacional de Buenos Aires, dependiente de la Universidad de Buenos Aires, tenía un programa humanístico con insistencia en la lengua y literatura castellana, más seis años de latín, tres años de inglés o alemán y cuatro de lengua y literatura francesa. Para la enseñanza de ésta se usaba la completa y pormenorizada “Histoire de la littérature” de Lanson et Tuffraut, y la colección “Classiques Larousse”; se alentaba a ver teatro francés: Molière, Racine o Corneille representados por la “Comédie Française” que daba sus ciclos en Buenos Aires.
Con tal base, en el ciclo universitario era posible dar bibliografía en francés, en cualquiera de las Facultades de la única Universidad de Buenos Aires. Y con mayor razón para todas las materias de las tres carreras de la Facultad de Filosofía y Letras (las mencionadas más la de Historia). En cuanto a la transmisión de literatura católica: el profesor de Literatura Francesa, Federico Aldao, nos hizo descubrir la literatura medieval que él, en París, había aprendido directamente del medievalista Gustave Cohen. Habiendo investigado en especial los orígenes del teatro cristiano, G. Cohen no sólo publicó un libro con los textos recuperados, sino también agrupó un equipo teatral que se llamó “les Théophiliens” para representar los misterios y los milagros, entre ellos “Le miracle de Théophile”. El profesor Aldao había formado parte de dicho equipo, y en la UBA tradujo y publicó “Le mystère d’Adam”, del siglo XIII.
Por su parte, el gran profesor Angel Battistessa traducía los nuevos “misterios” compuestos por Paul Claudel: “L’Annonce faite à Marie”, “Le Soulier de Satin”, y “Partage de Midi”, que podíamos ver asimismo en el teatro, gracias el equipo de Jean-Louis Barrault-Madeleine Renaud (año 1954). Jean Louis Barrault dio una conferencia en la Facultad de Derecho de la UBA para jóvenes.
No es de extrañar, entonces, que en torno a la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, en la calle Viamonte, en sólo dos cuadras florecieran cuatro librerías con abundante material en francés: las librerías “Letras”, “Verbum”, “Galatea” y “del Temple”. La tercera era por completo librería francesa, y la cuarta, católica, ya nos lleva a nuestro tema