jueves, 28 de diciembre de 2023

“COMUNIÓN EN LA MANO: El Triunfo de la Desobediencia” - Proyección del Documental en el Centro Pieper de Mar del Plata

“COMUNIÓN EN LA MANO:
El Triunfo de la Desobediencia”
Proyección del Documental en el Centro Pieper de Mar del Plata


Viernes 29 de Diciembre, a partir de las 19:30hs (entrada gratis / cupos limitados).


[CP] El Centro de Humanidades Josef Pieper de Mar del Plata [Argentina] tiene el agrado de invitarlos a la proyección [presencial] del Documental “COMUNIÓN EN LA MANO: El Triunfo de la Desobediencia”, una producción Original del Centro Dom Bosco de Brasil, bajo la dirección de Luis Piccinali.

El Documental -donde colaboran algunos miembros del Centro Pieper y también algunos amigos- presenta la historia de Álvaro, un católico converso, que se embarca en la búsqueda de una fe más profunda a través de la Tradición. Todo cambia cuando, por alguna razón, se ve obligado a asistir a una Iglesia distinta a la que solía frecuentar. En el momento de la Comunión, el sacerdote le niega el Sacramento al verlo arrodillado para recibir la Eucaristía en la boca. A partir de ese instante, Álvaro decide indagar en la Verdad detrás de los motivos reales por los cuales la Comunión en la mano dejó de ser una excepción para convertirse en una imposición.

Para poder presenciar esta única proyección del Documental en Mar del Plata, con ingreso gratuito y cupos limitados, se solicita confirmar asistencia al WhatsApp 223 5034406. La proyección se realizará en la sede del Centro Pieper, Santiago del Estero 3965, Mar del Plata. ¡Agradecemos a los amigos del Centro Dom Bosco, especialmente a Bruno y Álvaro, por esta posibilidad!

sábado, 23 de diciembre de 2023

“Fiducia Supplicans” no debe ser obedecida - Mons. Héctor Aguer

“Fiducia Supplicans” no debe ser obedecida
Mons. Héctor Aguer


«Es escandaloso que esta declaración contradiga lo que dos años atrás afirmó el Dicasterio con la firma del Cardenal Luis Ladaria», afirma el Arzobispo emérito de La Plata, Argentina.


El Dicasterio de la Doctrina de la Fe se ha convertido en Dicasterio de la confusión. Esto es precisamente lo que promueve el argentino cardenal Víctor Manuel Fernández. No sólo la confusión de los fieles, sino también de la opinión mundial.
     
Ahora da nuevamente ocasión de debate por la publicación de la declaración Fiducia supplicans, sobre la bendición de parejas homosexuales, y de los matrimonios heterosexuales, que viven en una situación irregular. Es escandaloso que esta declaración contradiga lo que dos años atrás afirmó el Dicasterio con la firma del cardenal Luis Ladaria. En aquella declaración se decía que no se puede bendecir una pareja homosexual porque Dios no puede bendecir el pecado. Esa es la verdad. Toda bendición implica una complacencia de Dios en la persona, o el objeto bendecido.
     
Como no podía ser de otra manera Fiducia Supplicans multiplica las excusas, explicaciones que revelan simplemente una manifiesta acusación. El estilo es el estilo del disimulo propio del Papa Francisco: se dicen las cosas a medias, pero para que se entienda plenamente en contra de la Tradición.
     

lunes, 20 de noviembre de 2023

“No prefiera nada antes que la Obra de Dios” (San Benito) - Jornadas Virtuales de Reflexión sobre Liturgia 2023

“No prefiera nada antes que la Obra de Dios” (San Benito)
Jornadas Virtuales de Reflexión sobre Liturgia 2023


Estas Jornadas, organizadas por el Centro de Humanidades Josef Pieper de Mar del Plata, pretenden aportar una reflexión al gran tema de la Liturgia.


[CP] El Centro de Humanidades Josef Pieper de Mar del Plata, Argentina, invita a sus Jornadas Virtuales de Reflexión sobre Liturgia 2023 que llevan por título “No prefiera nada antes que la Obra de Dios”, una frase de San Benito en su Regla (Cap. 43), que se desarrollarán el próximo 24, 25 y 26 de Noviembre.

Estas Jornadas, cuyas Conferencias se dictarán completamente en modo «Virtual», quieren recordar que la “Obra de Dios” –como llamaba San Benito a la Liturgia– tiene una importancia central tanto en la vida de toda comunidad eclesial como en la vida de todo bautizado. Pues, como señala el Papa Pío XII, «en toda acción litúrgica, juntamente con la Iglesia, está presente su divino Fundador: Jesucristo está presente en el augusto sacrificio del altar, ya en la persona de su ministro, ya, principalmente, bajo las especies eucarísticas; está presente en los sacramentos con la virtud que transfunde en ellos, para que sean instrumentos eficaces de santidad; está presente, finalmente, en las alabanzas y en las súplicas dirigidas a Dios, como está escrito: “Donde dos o tres se hallan congregados en mi nombre, allí me hallo yo en medio de ellos”». Por eso recuerda que «la sagrada liturgia», como la llama, «es, por consiguiente, el culto público que nuestro Redentor tributa al Padre como Cabeza de la Iglesia, y el que la sociedad de los fieles tributa a su Fundador y, por medio de Él, al Eterno Padre» (Pío XII, Encíclica Mediator Dei, 28-29). 

A continuación, detallamos el Programa Completo de las Jornadas, con los enlaces para ver las Conferencias en Vivo por el Canal del Centro Pieper en YouTube:


Viernes 24 de Noviembre

19hs “El Latín, Lengua de la Iglesia”
P. Brian Moore

       Puede ver la Conferencia aquí:




Sábado 25 de Noviembre

10hs “La Necesidad de los Sacramentos para la Salvación”
P. Jorge Hidalgo

       Puede ver la Conferencia aquí:




16hs “El Drama Litúrgico”
Pablo Marini

       Puede ver la Conferencia aquí:




19hs “Lo Mutable y lo Inmutable en la Liturgia – Una Reflexión acerca de los Cambios Litúrgicos”
Claudio Mayeregger

       Puede ver la Conferencia aquí:




Domingo 26 de Noviembre

19hs “Referencias Litúrgicas en el Catecismo de la Iglesia Católica”
P. Jonatan Gusmerotti

       Puede ver la Conferencia aquí:



martes, 7 de noviembre de 2023

Las Bases de la Salud Mental en San Francisco de Sales - Zelmira Seligmann

Las Bases de la Salud Mental en San Francisco de Sales
Zelmira Seligmann


Décimo tercera Conferencia del XVII Curso Anual 2023 del Centro Pieper titulado «Aproximación a los Doctores de la Iglesia».


[Centro Pieper] El Centro de Humanidades Josef Pieper de Mar del Plata (Argentina), tiene el agrado de invitarlos a participar de la transmisión de la Conferencia de la Dra. Zelmira Seligmann titulada “Las Bases de la Salud Mental en San Francisco de Sales”

Esta Conferencia se transmitirá en vivo el próximo viernes 10 de Noviembre a partir de las 19:30hs de Argentina. 

Podrá ser vista gratuitamente por el Canal de YouTube del Centro Pieper en el siguiente enlace:


O a través de la pantalla que se encuentra a continuación:


¿Te la vas a perder?

San Francisco de Sales vivió entre los siglos XVI y XVII. Nacido en 1567, de una noble familia francesa, cuando todavía era joven San Francisco, «tuvo una crisis profunda, mientras reflexionaba sobre el pensamiento de San Agustín y de Santo Tomás de Aquino».

Esta crisis «lo llevó a interrogarse sobre su salvación eterna y el destino que Dios le tenía reservado, sufriendo como un verdadero drama espiritual las principales cuestiones teológicas de su tiempo». Así «se abandonó entonces al amor de Dios: amándolo, sin esperar nada, y al mismo tiempo, confiando en el amor divino. Este será el secreto de su vida».

Fue ordenado sacerdote en 1593 y consagrado obispo de Ginebra en 1602, «en un período en que la ciudad era bastión del Calvinismo. Apóstol, predicador, escritor, hombre de acción y de oración, empeñado en la controversia y en el diálogo con los protestantes, experimentó, más allá del necesario debate teológico, la eficacia de la relación personal y de la caridad».

«En su obra “Introducción a la vida devota”, dirige una invitación… Es la invitación a ser totalmente de Dios, viviendo en plenitud la presencia en el mundo y las tareas del propio estado».

«San Francisco de Sales es un testigo ejemplar del humanismo cristiano; con su estilo familiar, con parábolas que a veces tienen un estilo poético, recuerda que el ser humano lleva impresa en lo más profundo de sí la nostalgia de Dios y que sólo en Él encuentra la verdadera alegría y su realización más plena» (Benedicto XVI).

 

Catequesis sobre San Francisco de Sales - Benedicto XVI

Catequesis sobre San Francisco de Sales
Benedicto XVI


Audiencia General correspondiente al Miércoles 2 de Marzo de 2011


«Dios es el Dios del corazón humano» (Tratado del amor de Dios, I, XV): en estas palabras aparentemente sencillas captamos la huella de la espiritualidad de un gran maestro, del que quiero hablaros hoy, san Francisco de Sales, obispo y doctor de la Iglesia. Nació en 1567 en una región francesa fronteriza. Era hijo del señor de Boisy, una antigua y noble familia de Saboya. Vivió a caballo entre dos siglos, el XVI y el XVII, recogió en sí lo mejor de las enseñanzas y de las conquistas culturales del siglo que terminaba, reconciliando la herencia del humanismo con la tendencia hacia lo absoluto propia de las corrientes místicas. Su formación fue muy esmerada; en París hizo los estudios superiores, dedicándose también a la teología; y en la Universidad de Padua, los estudios de derecho, como deseaba su padre, que concluyó de forma brillante con el doctorado en utroque iure, derecho canónico y derecho civil. En su armoniosa juventud, reflexionando sobre el pensamiento de san Agustín y de santo Tomás de Aquino, tuvo una profunda crisis que lo indujo a interrogarse sobre su salvación eterna y sobre la predestinación de Dios con respecto a sí mismo, sufriendo como verdadero drama espiritual las principales cuestiones teológicas de su tiempo. Oraba intensamente, pero la duda lo atormentó de tal manera que durante varias semanas casi no logró comer ni dormir bien. En el culmen de la prueba, fue a la iglesia de los dominicos en París y, abriendo su corazón, rezó de esta manera: «Cualquier cosa que suceda, Señor, tú que tienes todo en tu mano, y cuyos caminos son justicia y verdad; cualquier cosa que tu hayas decidido para mí...; tú que eres siempre juez justo y Padre misericordioso, yo te amaré, Señor (...), te amaré aquí, oh Dios mío, y esperaré siempre en tu misericordia, y repetiré siempre tu alabanza... ¡Oh Señor Jesús, tú serás siempre mi esperanza y mi salvación en la tierra de los vivos!» (I Proc. Canon., vol. I, art. 4). A sus veinte años Francisco encontró la paz en la realidad radical y liberadora del amor de Dios: amarlo sin pedir nada a cambio y confiar en el amor divino; no preguntar más qué hará Dios conmigo: yo sencillamente lo amo, independientemente de lo que me dé o no me dé. Así encontró la paz y la cuestión de la predestinación –sobre la que se discutía en ese tiempo– se resolvió, porque él no buscaba más de lo que podía recibir de Dios; sencillamente lo amaba, se abandonaba a su bondad. Este fue el secreto de su vida, que se reflejará en su obra más importante: el Tratado del amor de Dios.

Venciendo la resistencia de su padre, Francisco siguió la llamada del Señor y, el 18 de diciembre de 1593, fue ordenado sacerdote. En 1602 se convirtió en obispo de Ginebra, en un período en el que la ciudad era el bastión del calvinismo, tanto que la sede episcopal se encontraba «en exilio» en Annecy. Pastor de una diócesis pobre y atormentada, en un enclave de montaña del que conocía bien tanto la dureza como la belleza, escribió: «[A Dios] lo encontré lleno de dulzura y ternura entre nuestras más altas y ásperas montañas, donde muchas almas sencillas lo amaban y lo adoraban con toda verdad y sinceridad; el corzo y el rebeco corrían de aquí para allá entre los hielos espantosos para anunciar sus alabanzas», (Carta a la madre de Chantal, octubre de 1606, en Oeuvres, ed. Mackey, t. XIII, p. 223). Y, sin embargo, fue inmensa la influencia de su vida y de su enseñanza en la Europa de la época y de los siglos siguientes. Es apóstol, predicador, escritor, hombre de acción y de oración; comprometido en hacer realidad los ideales del concilio de Trento; implicado en la controversia y en el diálogo con los protestantes, experimentando cada vez más la eficacia de la relación personal y de la caridad, más allá del necesario enfrentamiento teológico; encargado de misiones diplomáticas a nivel europeo, y de tareas sociales de mediación y reconciliación. Pero san Francisco de Sales es, sobre todo, un director de almas: el encuentro con una mujer joven, la señora de Charmoisy, lo impulsó a escribir uno de los libros más leídos de la edad moderna, la Introducción a la vida devota. De su profunda comunión espiritual con una personalidad excepcional, santa Juana Francisca de Chantal, nació una nueva familia religiosa, la Orden de la Visitación, caracterizada –como quiso el santo– por una consagración total a Dios vivida en la sencillez y la humildad, en hacer extraordinariamente bien las cosas ordinarias: «...quiero que mis Hijas –escribió– no tengan otro ideal que el de glorificar [a nuestro Señor] con su humildad» (Carta a mons. de Marquemond, junio de 1615). Murió en 1622, a los cincuenta y cinco años, tras una existencia marcada por la dureza de los tiempos y por los trabajos apostólicos.

La vida de san Francisco de Sales fue relativamente breve, pero de gran intensidad. La figura de este santo produce una impresión de extraña plenitud, demostrada con la serenidad de su búsqueda intelectual, pero también en la riqueza de sus afectos, en la «dulzura» de sus enseñanzas que han ejercido gran influencia en la conciencia cristiana. De la palabra «humanidad» encarnó distintas acepciones que, hoy como ayer, puede asumir este término: cultura y cortesía, libertad y ternura, nobleza y solidaridad. En su aspecto tenía algo de la majestad del paisaje en que vivió, conservando también su sencillez y su naturaleza. Las antiguas palabras y las imágenes con las que se expresaba resuenan inesperadamente, también en el oído del hombre de hoy, como una lengua nativa y familiar.


San Francisco de Sales, Doctor de la Iglesia
Benedicto XVI


sábado, 4 de noviembre de 2023

La Mariología de San Francisco de Sales - Mons. Héctor Aguer

La Mariología de San Francisco de Sales
Mons. Héctor Aguer


«Este trabajo sobre la Mariología de San Francisco de Sales ha incluido numerosos pasajes de sus obras referidos a la Madre de Dios… para dejar bien en claro la doctrina y la subsiguiente devoción, en una época en la que se difundían las negaciones de la Reforma».


La Mariología del Santo Obispo de Ginebra es admirable por su amplitud, altura y profundidad [1]. Estas características que le atribuyo destacan su condición personalísima. En esa visión de la figura mariana es recogido, obviamente, el desarrollo alcanzado en el siglo XVII por la teología católica; sin embargo, San Francisco expone lo que su contemplación le ha permitido penetrar y deducir; son elementos nuevos que sorprenden por su agudeza, y a la vez porque prolongan homogéneamente la doctrina eclesial sobre María elaborada a lo largo de los siglos. Esta elaboración mariológica es quizá el caso más típico de desarrollo desde los datos originales, que contenían en formulaciones breves y concentradas la amplitud de la evolución ulterior que fue admitida y sancionada repetidamente por el magisterio conciliar y pontificio. El aporte de los santos, obra de su inteligencia de fe y de su amor contemplativo, ha sido fundamental en el proceso aludido.

En esta exposición procuro seguir un orden que dispone la enseñanza mariológica del autor –presente en tratados, sermones, cartas y “entretiens”– con un criterio teológico: dignidad y excelencia de la Madre de Dios expresada ya en sus nombres y títulos, privilegio de su redención inminente, causa próxima de su santidad, virginidad que es gloria de su Hijo Jesucristo, vida interior y presencia de su amor, humildad y confianza en los acontecimientos de la vida del Señor. [Asimismo] No descuida el Salesio la relación de María con nosotros y el culto que le debemos.

El nombre propio de María es Domina, Señora, pero ella es incomparable con Dios, por eso vale para ella, como para los ángeles y los hombres el Domine, non sum dignus. Ella es Señora pero también esclava [2]. El nombre de María significa estrella, ya que como las estrellas producen su luz virginalmente y sin detrimento alguno de ellas, Nuestra Señora produce la luz inaccesible de su bendito Hijo sin desmedro de su virginidad, sino que, por el contrario, luce más bella [3]. Las comparaciones con realidades de la naturaleza, conocidas según los aportes científicos de la época –que hoy día pueden parecernos curiosos y aun extravagantes–, son una constante en el estilo de Francisco de Sales. Afirma que comprendemos algo de la grandeza de María cuando la consideramos Reina del Cielo y de la Tierra, de los Ángeles y de los hombres; esos títulos que le atribuimos ayudan a nuestro pobre entendimiento a representarnos de algún modo aquella magnitud… ella es la Madre del Verbo eterno, y es necesario llamarla Madre de Dios. Sin embargo, el Evangelista (Lc 1, 40) la nota como la más humilde… [4]. Otro significado posible del nombre de la Virgen los multiplica Francisco con entusiasta devoción: Estrella del Mar o Mar amargo, Señora exaltada, ilustrada o ilustradora. Los diversos sentidos del nombre se unen a los títulos que María ha recibido [5], por ejemplo: Esposa y Amante. Un misterio como el de la Encarnación, en este contexto de la enumeración de los títulos, es expresado a la luz del Cantar de los Cantares: se la llama Esposa y se la hace suspirar exclamando “que me bese con un beso de su boca”; el beso representa la unión del Verbo con la naturaleza humana en el seno de la Virgen. Esta imagen no debe extrañar, ya que se suma a las múltiples interpretaciones místicas el libro más divino y más humano de la Biblia, en la línea de las tradiciones judía y cristiana. Es frecuente en la obra de Francisco la aplicación a María de textos del Cantar [6] no como ejercicio dialéctico sino como algo sentido, experimentado con intensa devoción.

sábado, 28 de octubre de 2023

Jesús, Modelo del Cristiano, según San Francisco de Sales - Mons. Héctor Aguer

Jesús, Modelo del Cristiano, 
según San Francisco de Sales
Mons. Héctor Aguer
 

“Hay que volver a pronunciar en voz alta el Nombre de Jesús” afirma el Arzobispo Emérito de la Plata (Argentina) en este magnífico artículo, que reproducimos en el Blog del Centro Pieper, donde presenta brevemente la Cristología de San Francisco de Sales, Doctor de la Iglesia.


En la amplísima obra de San Francisco de Sales, Jesucristo ocupa la atención principal [1]; la Cristología del Obispo de Ginebra expresa indudablemente su amor y devoción, pero sobre la base de una profunda visión teológica inspirada en la gran tradición eclesial. Cristo es, ante todo, el Mesías, aguardado por los ángeles, los profetas –que predijeron su misión– y por las naciones. Esa misión quedó confirmada por los milagros y aprobada por las obras. 
     
El desarrollo cristológico expone las verdades dogmáticas sobre el Dios hecho hombre: el Hijo es verdadero Dios e imagen perfectamente igual a su Padre, bienamado suyo, comienzo y fin de todo con primacía sobre la Creación. Es adorable, tabernáculo del Espíritu Santo y Rey inmortal de los ángeles y de los hombres; encarnado, tiene dos naturalezas. Sigue –en el curso del pensamiento teológico sobre el Señor– la referencia a los misterios de Jesucristo. La concepción en María por la virtud del Espíritu Santo; desde el primer momento se ofrece a su Padre. 

Una formulación curiosa, pero bien propia de Francisco: menciona la devoción del alma humana de Jesús por el Verbo. Los otros misterios: la Visitación, el nacimiento bendito en Belén, la circuncisión y en relación con ella la genealogía (registrada por los Evangelios de Mateo y Lucas), y la contemplación del Nombre de Jesús. Destaca, asimismo, la admirable sumisión a las leyes de la infancia, la pobreza y las lágrimas del Niño Jesús. Siguen la Presentación en el Templo, la Epifanía, la huida a Egipto y la permanencia en ese exilio. El regreso a Nazaret le da el nombre de Nazareno. Tienen su lugar, en una visión de la vida del Señor, el ayuno, la tentación y las bodas de Caná; la Transfiguración es como un anticipo de la Pascua. 

miércoles, 18 de octubre de 2023

San Juan Damasceno, su Teología y su Tiempo - P. Dionisio (Flamini)

San Juan Damasceno, su Teología y su Tiempo
P. Dionisio (Flamini)


Décimo segunda Conferencia del XVII Curso Anual 2023 del Centro Pieper titulado «Aproximación a los Doctores de la Iglesia».


[Centro Pieper] El Centro de Humanidades Josef Pieper de Mar del Plata (Argentina), tiene el agrado de invitarlos a participar de la transmisión de la Conferencia del P. Dionisio (Flamini) titulada “San Juan Damasceno, su Teología y su Tiempo”

Esta Conferencia se transmitirá en vivo el próximo viernes 20 de Octubre a partir de las 19:30hs de Argentina. 

Podrá ser vista gratuitamente por el Canal de YouTube del Centro Pieper en el siguiente enlace:


O a través de la pantalla que se encuentra a continuación:


¿Te la vas a perder?


San Juan Damasceno es «un personaje destacado en la historia de la teología bizantina, un gran doctor en la historia de la Iglesia universal. Es, sobre todo, un testigo ocular del paso de la cultura griega y siriaca, compartida por la parte oriental del Imperio bizantino, a la cultura del islam, que se abrió espacio con sus conquistas militares en el territorio reconocido habitualmente como Oriente Medio o Próximo. Juan, nacido en una familia cristiana rica, aún joven asumió el cargo –quizá ocupado también por su padre– de responsable económico del califato. Sin embargo, muy pronto, insatisfecho de la vida de la corte, escogió la vocación monástica, entrando en el monasterio de San Sabas, situado cerca de Jerusalén. Era alrededor del año 700. Sin alejarse nunca del monasterio, se dedicó con todas sus fuerzas a la ascesis y a la actividad literaria, aunque no desdeñó la actividad pastoral, de la que dan testimonio sobre todo sus numerosas Homilías. Su memoria litúrgica se celebra el 4 de diciembre. El Papa León XIII lo proclamó doctor de la Iglesia universal en 1890» (Benedicto XVI).

 

sábado, 14 de octubre de 2023

Catequesis sobre San Juan Damasceno - Benedicto XVI

Catequesis sobre San Juan Damasceno
Benedicto XVI


Audiencia General correspondiente al Miércoles 6 de Mayo de 2009


Hoy quiero hablar de san Juan Damasceno, un personaje destacado en la historia de la teología bizantina, un gran doctor en la historia de la Iglesia universal. Es, sobre todo, un testigo ocular del paso de la cultura griega y siriaca, compartida por la parte oriental del Imperio bizantino, a la cultura del islam, que se abrió espacio con sus conquistas militares en el territorio reconocido habitualmente como Oriente Medio o Próximo. Juan, nacido en una familia cristiana rica, aún joven asumió el cargo –quizá ocupado también por su padre– de responsable económico del califato. Sin embargo, muy pronto, insatisfecho de la vida de la corte, escogió la vocación monástica, entrando en el monasterio de San Sabas, situado cerca de Jerusalén. Era alrededor del año 700. Sin alejarse nunca del monasterio, se dedicó con todas sus fuerzas a la ascesis y a la actividad literaria, aunque no desdeñó la actividad pastoral, de la que dan testimonio sobre todo sus numerosas Homilías. Su memoria litúrgica se celebra el 4 de diciembre. El Papa León XIII lo proclamó doctor de la Iglesia universal en 1890.

En Oriente se recuerdan de él sobre todo los tres Discursos contra quienes calumnian las imágenes santas, que fueron condenados, después de su muerte, por el concilio iconoclasta de Hieria (754). Sin embargo, estos discursos fueron también el motivo principal de su rehabilitación y canonización por parte de los Padres ortodoxos convocados al segundo concilio de Nicea (787), séptimo ecuménico. En estos textos se pueden encontrar los primeros intentos teológicos importantes de legitimación de la veneración de las imágenes sagradas, uniéndolas al misterio de la encarnación del Hijo de Dios en el seno de la Virgen María.

San Juan Damasceno fue, además, uno de los primeros en distinguir, en el culto público y privado de los cristianos, entre la adoración (latreia) y la veneración (proskynesis): la primera sólo puede dirigirse a Dios, sumamente espiritual; la segunda, en cambio, puede utilizar una imagen para dirigirse a aquel que es representado en esa imagen. Obviamente, el santo no puede en ningún caso ser identificado con la materia de la que está compuesta la imagen. Esta distinción se reveló en seguida muy importante para responder de modo cristiano a aquellos que pretendían como universal y perenne la observancia de la severa prohibición del Antiguo Testamento de utilizar las imágenes en el culto. Esta era la gran discusión también en el mundo islámico, que acepta esta tradición judía de la exclusión total de imágenes en el culto. En cambio los cristianos, en este contexto, han discutido sobre el problema y han encontrado la justificación para la veneración de las imágenes.


San Juan Damasceno, Doctor de la Iglesia
Benedicto XVI


martes, 26 de septiembre de 2023

El Libre Arbitrio en la Doctrina Espiritual de santa Teresa de Ávila - Elena Calderón de Cuervo

El Libre Arbitrio en la Doctrina Espiritual de santa Teresa de Ávila
Elena Calderón de Cuervo


Décimo primera Conferencia del XVII Curso Anual 2023 del Centro Pieper titulado «Aproximación a los Doctores de la Iglesia».


[Centro Pieper] El Centro de Humanidades Josef Pieper de Mar del Plata (Argentina), tiene el agrado de invitarlos a participar de la transmisión de la Conferencia de la Dra. Elena Calderón de Cuervo titulada “El Libre Arbitrio en la Doctrina Espiritual de santa Teresa de Ávila”

Esta Conferencia se transmitirá en vivo el próximo viernes 29 de Septiembre a partir de las 19:30hs de Argentina. 

Podrá ser vista gratuitamente por el Canal de YouTube del Centro Pieper en el siguiente enlace:

O a través de la pantalla que se encuentra a continuación:


¿Te la vas a perder?

Santa Teresa de Ávila «nació en Ávila (España). En la adolescencia la lectura de libros profanos la conduce a una vida mundana, pero posteriormente la lectura de autores espirituales “la inician en el recogimiento y la oración. A los veinte años entra en el monasterio carmelita de la Encarnación, en Ávila”.

“Paralelamente a la madurez de su vida interior, la Santa comienza a desarrollar concretamente el ideal de reforma de la Orden Carmelita: en 1562 funda en Ávila, con el apoyo del obispo de la ciudad, don Álvaro de Mendoza, el primer Carmelo reformado. En los años siguientes prosigue las fundaciones de nuevos Carmelos, en total diecisiete. Es fundamental el encuentro con San Juan de la Cruz, con quien, en 1568, en Duruelo, cerca de Ávila, funda el primer convento de Carmelitas Descalzos”. La santa muere en 1582. Fue beatificada por Pablo V en 1614, canonizada por Gregorio XV en 1622 y proclamada Doctora de la Iglesia por el Siervo de Dios Pablo VI en 1970.

“Teresa de Jesús es una verdadera maestra de vida cristiana para los fieles de todos los tiempos. En nuestra sociedad, a menudo carente de valores espirituales, Santa Teresa nos enseña a ser testigos incansables de Dios, de su presencia y de su acción”».


lunes, 25 de septiembre de 2023

Catequesis sobre Santa Teresa de Ávila - Benedicto XVI

Catequesis sobre Santa Teresa de Ávila
Benedicto XVI


Audiencia General correspondiente al Miércoles 2 de Febrero de 2011


A lo largo de las catequesis que he querido dedicar a los Padres de la Iglesia y a grandes figuras de teólogos y de mujeres del Medievo me detuve también a hablar de algunos santos y santas que fueron proclamados doctores de la Iglesia por su eminente doctrina. Hoy quiero iniciar una breve serie de encuentros para completar la presentación de los doctores de la Iglesia. Y comienzo con una santa que representa una de las cimas de la espiritualidad cristiana de todos los tiempos: santa Teresa de Ávila (de Jesús).

Nace en Ávila, España, en 1515, con el nombre de Teresa de Ahumada. En su autobiografía ella misma menciona algunos detalles de su infancia: su nacimiento de «padres virtuosos y temerosos de Dios», en el seno de una familia numerosa, con nueve hermanos y tres hermanas. Todavía niña, cuando tiene menos de nueve años, lee las vidas de algunos mártires que le inspiran el deseo del martirio, hasta el punto de que improvisa una breve huida de casa para morir mártir y subir al cielo (cf. Vida 1, 5); «quiero ver a Dios» dice la pequeña a sus padres. Algunos años más tarde, Teresa hablará de sus lecturas de la infancia y afirmará que en ellas descubrió la verdad, que resume en dos principios fundamentales: por un lado «el hecho de que todo lo que pertenece al mundo de aquí, pasa»; y, por otro, que sólo Dios es «para siempre, siempre, siempre», tema que se reitera en la famosísima poesía «Nada te turbe / nada te espante; / todo se pasa. / Dios no se muda; / la paciencia todo lo alcanza; / quien a Dios tiene / nada le falta / ¡Sólo Dios basta!». Al quedar huérfana de madre a los 12 años, pide a la santísima Virgen que le haga de madre (cf. Vida 1, 7).

Aunque en la adolescencia la lectura de libros profanos la había llevado a las distracciones de una vida mundana, la experiencia como alumna de las religiosas agustinas de Santa María de las Gracias de Ávila y la lectura de libros espirituales, sobre todo clásicos de la espiritualidad franciscana, le enseñan el recogimiento y la oración. A la edad de 20 años, entra en el monasterio carmelita de la Encarnación, también en Ávila; en la vida religiosa toma el nombre de Teresa de Jesús. Tres años después, enferma gravemente; tanto que permanece cuatro días en coma, aparentemente muerta (cf. Vida 5, 9). Incluso en la lucha contra sus enfermedades la santa ve el combate contra las debilidades y las resistencias a la llamada de Dios: «Deseaba vivir –escribe–, que bien entendía que no vivía, sino que peleaba con una sombra de muerte, y no había quien me diese vida, y no la podía yo tomar; y quien me la podía dar tenía razón de no socorrerme, pues tantas veces me había tornado a sí y yo dejándole» (Vida 8, 2). En 1543 pierde la cercanía de sus familiares: su padre muere y todos sus hermanos emigran, uno tras otro, a América. En la Cuaresma de 1554, a los 39 años, Teresa alcanza la cima de la lucha contra sus debilidades. El descubrimiento fortuito de la estatua de «un Cristo muy llagado» (Vida 9, 1) marca profundamente su vida. La santa, que en aquel período encuentra profunda consonancia con el san Agustín de las Confesiones, describe así el día decisivo de su experiencia mística: «Acaecíame... venirme a deshora un sentimiento de la presencia de Dios, que en ninguna manera podía dudar que estaba dentro de mí, o yo toda engolfada en él» (Vida 10, 1).


Santa Teresa de Ávila, Doctora de la Iglesia


lunes, 18 de septiembre de 2023

El Doctor Místico: san Juan de la Cruz - P. Ignacio Andereggen

El Doctor Místico: san Juan de la Cruz
P. Ignacio Andereggen


Décima Conferencia del XVII Curso Anual 2023 del Centro Pieper titulado «Aproximación a los Doctores de la Iglesia».


[Centro Pieper] El Centro de Humanidades Josef Pieper de Mar del Plata (Argentina), tiene el agrado de invitarlos a participar de la transmisión de la Conferencia del Pbro. Dr. Ignacio Andereggen titulada “El Doctor Místico: san Juan de la Cruz”

Esta Conferencia se transmitirá en vivo el próximo jueves 21 de Septiembre a partir de las 20:30hs de Argentina. 

Podrá ser vista gratuitamente por el Canal de YouTube del Centro Pieper en el siguiente enlace:

O a través de la pantalla que se encuentra a continuación:


¿Te la vas a perder?


San Juan de la Cruz nació «en Fontiveros, cerca de Ávila, en 1542, de una familia pobre, ingresó como carmelita en Medina del Campo. En 1567 fue ordenado sacerdote. Con motivo de la celebración de su primera misa se encontró por primera vez con Teresa, que “le expuso su plan de reforma del Carmelo”.
Al renovar su profesión religiosa adoptó el nombre “de la Cruz”. San Juan colaboró estrechamente con ella en la reforma, “lo que le supuso graves sufrimientos”, llegando incluso a ser encarcelado por una acusación injusta.
Mientras se preparaba para viajar a México, enfermó gravemente y murió en diciembre de 1591. Fue beatificado por Clemente X en 1675 y canonizado por Benedicto XIII en 1726» (Benedicto XVI).
 
 

domingo, 17 de septiembre de 2023

Catequesis sobre San Juan de la Cruz - Benedicto XVI

Catequesis sobre San Juan de la Cruz
Benedicto XVI


Audiencia General correspondiente al Miércoles 16 de Febrero de 2011


Hace dos semanas presenté la figura de la gran mística española Teresa de Jesús. Hoy quiero hablar de otro importante santo de aquellas tierras, amigo espiritual de santa Teresa, reformador, junto a ella, de la familia religiosa carmelita: san Juan de la Cruz, proclamado doctor de la Iglesia por el Papa Pío XI, en 1926, y llamado Doctor mysticus, «doctor místico», en la tradición [Nota del Centro Pieper: las “negritas” son nuestras].

Juan de la Cruz nació en 1542 en el pequeño pueblo de Fontiveros, cerca de Ávila, en Castilla la Vieja, de Gonzalo de Yepes y Catalina Álvarez. La familia era muy pobre, porque al padre, de noble origen toledano, le habían echado de casa y desheredado por haberse casado con Catalina, una humilde tejedora de seda. Huérfano de padre en tierna edad, Juan, a los nueve años, se trasladó con su madre y su hermano Francisco a Medina del Campo, cerca de Valladolid, centro comercial y cultural. Allí frecuentó el Colegio de los Doctrinos, desempeñando también algunos humildes trabajos para las hermanas de la iglesia-convento de la Magdalena. Sucesivamente, dadas sus cualidades humanas y sus resultados en los estudios, fue admitido primero como enfermero en el Hospital de la Concepción, después en el Colegio de los Jesuitas que se acababa de fundar en Medina del Campo: aquí Juan entró con dieciocho años y estudió durante tres años humanidades, retórica y lenguas clásicas. Al final de la formación, tenía muy clara su vocación: la vida religiosa, y entre las numerosas órdenes presentes en Medina se sintió llamado al Carmelo.

En el verano de 1563 inició el noviciado en los Carmelitas de la ciudad, asumiendo el nombre religioso de Juan de San Matías. Al año siguiente fue destinado a la prestigiosa Universidad de Salamanca, donde estudió durante un trienio artes y filosofía. En 1567 fue ordenado sacerdote y regresó a Medina del Campo para celebrar su primera misa rodeado del afecto de sus familiares. Precisamente aquí tuvo lugar el primer encuentro entre Juan y Teresa de Jesús. El encuentro fue decisivo para ambos: Teresa le expuso su plan de reforma del Carmelo, también en la rama masculina de la Orden, y propuso a Juan que se adhiriera «para mayor gloria de Dios»; el joven sacerdote quedó fascinado por las ideas de Teresa, tanto que se convirtió en un gran defensor del proyecto. Los dos trabajaron juntos algunos meses, compartiendo ideales y propuestas para inaugurar lo antes posible la primera casa de Carmelitas Descalzos: la apertura tuvo lugar el 28 de diciembre de 1568 en Duruelo, un lugar solitario de la provincia de Ávila. Formaban esta primera comunidad masculina reformada, junto a Juan, otros tres compañeros. Al renovar su profesión religiosa según la Regla primitiva, los cuatro adoptaron un nuevo nombre: Juan se llamó entonces «de la Cruz», como será universalmente conocido más tarde. A finales de 1572, a petición de santa Teresa, se convirtió en confesor y vicario del monasterio de la Encarnación de Ávila, donde la santa era priora. Fueron años de estrecha colaboración y amistad espiritual, que enriqueció a ambos. Asimismo, se remontan a aquel período las obras teresianas más importantes y los primeros escritos de Juan.


San Juan de la Cruz, Doctor de la Iglesia
Benedicto XVI


miércoles, 6 de septiembre de 2023

El Espíritu de la Teología Tomista [Modalidad Presencial y Virtual] - Mario Caponnetto

El Espíritu de la Teología Tomista
Mario Caponnetto


Novena Conferencia del XVII Curso Anual 2023 del Centro Pieper titulado «Aproximación a los Doctores de la Iglesia».


[Centro Pieper] El Centro de Humanidades Josef Pieper de Mar del Plata (Argentina), tiene el agrado de invitarlos a participar de la transmisión de la Conferencia del Dr. Mario Caponnetto titulada “El Espíritu de la Teología Tomista”

Esta Conferencia se transmitirá en vivo el próximo viernes 8 de Septiembre a partir de las 19:30hs de Argentina [Además, para quienes vivan en la ciudad de Mar del Plata y zona, tendrán la posibilidad de participar en forma presencial de esta conferencia en el Multiespacio Cultural EL CAMINO, Santiago del Estero 3965].

Podrá ser vista gratuitamente por el Canal de YouTube del Centro Pieper en el siguiente enlace:


O a través de la pantalla que se encuentra a continuación:


¿Te la vas a perder?


Santo Tomás de Aquino «nació a principios de 1225 en el Castillo de Rocaseca, cerca de Aquino. Su padre, Landulfo, descendiente de los condes de Aquino, era señor de Rocaseca, y su madre, Teodora, era hija de los condes de Chieti. El matrimonio tuvo 12 hijos, siete varones y cinco mujeres. Tomás era el más pequeño de los varones.

Cuando tenía cinco años entró como oblato en el Monasterio de Montecasino, del que era abad Landulfo Sinibaldi, pariente de la familia, y allí permaneció nueve años, durante los cuales aprendió las primeras letras, la gramática latina y la italiana, la música, la poesía y la salmodia. El ambiente religioso en que vivía despertó en él una gran curiosidad por las cosas divinas. Preguntaba con frecuencia a sus maestros: quid est Deus?, ¿qué es Dios?

En 1239, Federico II se apoderó de Montecasino, expulsando de allí a los monjes, y convirtiéndolo en fortaleza. El joven Tomás tuvo que abandonar el Monasterio, y fue enviado a continuar sus estudios en la Universidad de Nápoles, que había sido fundada por el mismo Federico II el año 1224. Allí estudió el trivio con Pedro Martín de Dacia, y el quadrivio con Pedro de Hibernia. Durante sus estudios conoció a los dominicos, y tras la muerte de su padre, acaecida en 1243, pidió en 1244 el ingreso en la Orden. Tenía entonces muy cerca de los diecinueve años…

Poco después fue enviado a París, donde permaneció hasta 1248, estudiando bajo la dirección de Alberto Magno. Siguió a éste ese mismo año hasta Colonia, donde acababa de abrirse un nuevo Estudio General de la Orden, del que fue nombrado regente el propio Alberto, y allí prosiguió sus estudios hasta terminarlos en 1251, año en el que fue ordenado sacerdote. A esa etapa de sus estudios en Colonia corresponde la anécdota del apodo que le pusieron algunos de sus condiscípulos. Le llamaban el buey mudo de Sicilia, dada su gran estatura y su silencio y concentración. Pero bien pronto dio muestras de su extraordinario talento, en un acto escolástico del que fue protagonista. Alberto Magno, al finalizar dicho acto, exclamó: «Llamáis a éste el buey mudo, pero yo os aseguro que este buey dará tales mugidos con su doctrina que resonarán en el mundo entero»…

Murió el 7 de marzo de 1274 en la Abadía de Fosanova, cuando se dirigía, por orden del Papa, a tomar parte en el Concilio de Lyon» (Jesús García López)
 

martes, 29 de agosto de 2023

La Cultura Cristiana según Santo Tomás de Aquino - Fray Rafael Rossi OP

La Cultura Cristiana según Santo Tomás de Aquino
Fray Rafael Rossi OP


Octava Conferencia del XVII Curso Anual 2023 del Centro Pieper titulado «Aproximación a los Doctores de la Iglesia».


[Centro Pieper] El Centro de Humanidades Josef Pieper de Mar del Plata (Argentina), tiene el agrado de invitarlos a participar de la transmisión de la Conferencia titulada “La Cultura Cristiana según Santo Tomás de Aquino”

Esta Conferencia se transmitirá en vivo el próximo viernes 1 de Septiembre a partir de las 20hs de Argentina. 

Podrá ser vista gratuitamente por el Canal de YouTube del Centro Pieper en el siguiente enlace:


O a través de la pantalla que se encuentra a continuación:


¿Te la vas a perder?


Santo Tomás de Aquino «nació a principios de 1225 en el Castillo de Rocaseca, cerca de Aquino. Su padre, Landulfo, descendiente de los condes de Aquino, era señor de Rocaseca, y su madre, Teodora, era hija de los condes de Chieti. El matrimonio tuvo 12 hijos, siete varones y cinco mujeres. Tomás era el más pequeño de los varones.

Cuando tenía cinco años entró como oblato en el Monasterio de Montecasino, del que era abad Landulfo Sinibaldi, pariente de la familia, y allí permaneció nueve años, durante los cuales aprendió las primeras letras, la gramática latina y la italiana, la música, la poesía y la salmodia. El ambiente religioso en que vivía despertó en él una gran curiosidad por las cosas divinas. Preguntaba con frecuencia a sus maestros: quid est Deus?, ¿qué es Dios?

En 1239, Federico II se apoderó de Montecasino, expulsando de allí a los monjes, y convirtiéndolo en fortaleza. El joven Tomás tuvo que abandonar el Monasterio, y fue enviado a continuar sus estudios en la Universidad de Nápoles, que había sido fundada por el mismo Federico II el año 1224. Allí estudió el trivio con Pedro Martín de Dacia, y el quadrivio con Pedro de Hibernia. Durante sus estudios conoció a los dominicos, y tras la muerte de su padre, acaecida en 1243, pidió en 1244 el ingreso en la Orden. Tenía entonces muy cerca de los diecinueve años…

Poco después fue enviado a París, donde permaneció hasta 1248, estudiando bajo la dirección de Alberto Magno. Siguió a éste ese mismo año hasta Colonia, donde acababa de abrirse un nuevo Estudio General de la Orden, del que fue nombrado regente el propio Alberto, y allí prosiguió sus estudios hasta terminarlos en 1251, año en el que fue ordenado sacerdote. A esa etapa de sus estudios en Colonia corresponde la anécdota del apodo que le pusieron algunos de sus condiscípulos. Le llamaban el buey mudo de Sicilia, dada su gran estatura y su silencio y concentración. Pero bien pronto dio muestras de su extraordinario talento, en un acto escolástico del que fue protagonista. Alberto Magno, al finalizar dicho acto, exclamó: «Llamáis a éste el buey mudo, pero yo os aseguro que este buey dará tales mugidos con su doctrina que resonarán en el mundo entero»…

Murió el 7 de marzo de 1274 en la Abadía de Fosanova, cuando se dirigía, por orden del Papa, a tomar parte en el Concilio de Lyon» (Jesús García López)
 
 

domingo, 27 de agosto de 2023

Catequesis sobre Santo Tomás de Aquino - Benedicto XVI

Catequesis sobre Santo Tomás de Aquino
Benedicto XVI


Audiencias Generales correspondientes a los Miércoles 2 de Junio, 16 de Junio y 23 de Junio de 2010 [Nota del Centro Pieper: las “negritas” son nuestras].


[Primera Parte: Vida y Enseñanzas]

Después de algunas catequesis sobre el sacerdocio y mis últimos viajes, volvemos hoy a nuestro tema principal, es decir, a la meditación de algunos grandes pensadores de la Edad Media. Últimamente habíamos visto la gran figura de san Buenaventura, franciscano [Nota del Centro Pieper: ver aquí https://centropieper.blogspot.com/2023/07/catequesis-sobre-san-buenaventura-de.html], y hoy quiero hablar de aquel a quien la Iglesia llama el Doctor communis: se trata de santo Tomás de Aquino. Mi venerado predecesor, el Papa Juan Pablo II en su encíclica Fides et ratio recordó que «la Iglesia ha propuesto siempre a santo Tomás como maestro de pensamiento y modelo del modo correcto de hacer teología» (n. 43). No sorprende que, después de san Agustín, entre los escritores eclesiásticos mencionados en el Catecismo de la Iglesia católica, se cite a santo Tomás más que a ningún otro, hasta sesenta y una veces. También se le ha llamado el Doctor Angelicus, quizá por sus virtudes, en particular la sublimidad del pensamiento y la pureza de la vida.

Tomás nació entre 1224 y 1225 en el castillo que su familia, noble y rica, poseía en Roccasecca, en los alrededores de Aquino, cerca de la célebre abadía de Montecassino, donde sus padres lo enviaron para que recibiera los primeros elementos de su instrucción. Algunos años más tarde se trasladó a la capital del reino de Sicilia, Nápoles, donde Federico III había fundado una prestigiosa universidad. En ella se enseñaba, sin las limitaciones vigentes en otras partes, el pensamiento del filósofo griego Aristóteles, en quien el joven Tomás fue introducido y cuyo gran valor intuyó inmediatamente. Pero, sobre todo, en aquellos años trascurridos en Nápoles nació su vocación dominica. En efecto, Tomás quedó cautivado por el ideal de la Orden que santo Domingo había fundado pocos años antes. Sin embargo, cuando vistió el hábito dominico, su familia se opuso a esa elección, y se vio obligado a dejar el convento y a pasar algún tiempo con su familia.

En 1245, ya mayor de edad, pudo retomar su camino de respuesta a la llamada de Dios. Fue enviado a París para estudiar teología bajo la dirección de otro santo, Alberto Magno, del que hablé recientemente [Nota del Centro Pieper: ver aquí https://centropieper.blogspot.com/2023/06/catequesis-sobre-san-alberto-magno.html]. Alberto y Tomás entablaron una verdadera y profunda amistad, y aprendieron a estimarse y a quererse, hasta tal punto que Alberto quiso que su discípulo lo siguiera también a Colonia, donde los superiores de la Orden lo habían enviado a fundar un estudio teológico. En ese tiempo Tomás entró en contacto con todas las obras de Aristóteles y de sus comentaristas árabes, que Alberto ilustraba y explicaba.


Santo Tomás de Aquino, Doctor de la Iglesia



martes, 1 de agosto de 2023

San Agustín de Hipona, la Ciudad de Dios y la Ciudad del Hombre - Héctor Delbosco

San Agustín de Hipona, la Ciudad de Dios y la Ciudad del Hombre
Héctor Delbosco


Séptima Conferencia del XVII Curso Anual 2023 del Centro Pieper titulado «Aproximación a los Doctores de la Iglesia».


[Centro Pieper] El Centro de Humanidades Josef Pieper de Mar del Plata (Argentina), tiene el agrado de invitarlos a participar de la transmisión de la Conferencia del Dr. Héctor Delbosco titulada “San Agustín de Hipona, la Ciudad de Dios y la Ciudad del Hombre”

Esta Conferencia se transmitirá en vivo el próximo viernes 4 de Agosto a partir de las 20:30hs de Argentina. 

Podrá ser vista gratuitamente por el Canal de YouTube del Centro Pieper en el siguiente enlace:

O a través de la pantalla que se encuentra a continuación:


¿Te la vas a perder?

San Agustín de Hipona «nació en el norte del África romana el 13 de noviembre del año 354, de padre pagano, llamado Patricio, luego convertido, y de una madre fervorosa en su fe cristiana, a quien conocemos y veneramos como Santa Mónica, quien lo educó en la fe. Tenía un hermano y una hermana, igualmente orientados por Mónica… 

San Agustín es un verdadero gigante en la historia de la Iglesia. Más aún, podemos decir en la historia de occidente. Sin duda, el más grande entre los Padres de la Iglesia latina. Un gigante que sigue teniendo mucho para decirnos a nosotros, tan alejados de él por el tiempo transcurrido. Al leer el libro de sus Confesiones, descubrimos que, a pesar de los siglos que nos separan de él, sigue siendo una personalidad entrañable, a quien sentimos bien próxima a nosotros y casi atemporal.

En él se dio una conjunción admirable del artista, del intelectual, del pastor de almas y del santo. Fue, en efecto, el artista sensible, para quien la belleza suprema era un poderoso imán; el intelectual de “corazón inquieto” y de pasmosa agudeza, sediento de verdad, que supo remontarse hasta el Dios uno y trino, fuente primera de toda verdad, para descansar finalmente en ella. Fue igualmente el pastor de almas, modelo de caridad pastoral y celo apostólico, cuyo ejemplo nos sigue estimulando. En su vida y en sus obras, se nos muestra como el santo enamorado de Dios, o más bien vencido por su amor. Su santidad personal se nutre de una búsqueda incesante de la verdad y la belleza, de cuya contemplación vive, y que él convierte en alimento de sus fieles» (Monseñor Antonio Marino)

 

lunes, 31 de julio de 2023

Catequesis sobre san Agustín de Hipona - Benedicto XVI

Catequesis sobre san Agustín de Hipona
Benedicto XVI


Audiencias Generales de los miércoles 9 de enero, 16 de enero, 30 de enero, 20 de febrero y 27 de febrero de 2008.


[1] La vida
 
Después de las grandes festividades navideñas, quiero volver a las meditaciones sobre los Padres de la Iglesia y hablar hoy del Padre más grande de la Iglesia latina, san Agustín: hombre de pasión y de fe, de altísima inteligencia y de incansable solicitud pastoral. Este gran santo y doctor de la Iglesia a menudo es conocido, al menos de fama, incluso por quienes ignoran el cristianismo o no tienen familiaridad con él, porque dejó una huella profundísima en la vida cultural de Occidente y de todo el mundo.

Por su singular relevancia, san Agustín ejerció una influencia enorme y podría afirmarse, por una parte, que todos los caminos de la literatura latina cristiana llevan a Hipona (hoy Anaba, en la costa de Argelia), lugar donde era obispo; y, por otra, que de esta ciudad del África romana, de la que san Agustín fue obispo desde el año 395 hasta su muerte, en el año 430, parten muchas otras sendas del cristianismo sucesivo y de la misma cultura occidental.

Pocas veces una civilización ha encontrado un espíritu tan grande, capaz de acoger sus valores y de exaltar su riqueza intrínseca, inventando ideas y formas de las que se alimentarían las generaciones posteriores, como subrayó también Pablo VI: «Se puede afirmar que todo el pensamiento de la antigüedad confluye en su obra y que de ella derivan corrientes de pensamiento que empapan toda la tradición doctrinal de los siglos posteriores» (AAS, 62, 1970, p. 426: L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 31 de mayo de 1970, p. 10).

miércoles, 26 de julio de 2023

Voluntad, Sindéresis y Conciencia en San Buenaventura - Beatriz Reyes Oribe

Voluntad, Sindéresis y Conciencia en San Buenaventura
Beatriz Reyes Oribe


Sexta Conferencia del XVII Curso Anual 2023 del Centro Pieper titulado «Aproximación a los Doctores de la Iglesia».


[Centro Pieper] El Centro de Humanidades Josef Pieper de Mar del Plata (Argentina), tiene el agrado de invitarlos a participar de la transmisión de la Conferencia de la Mgr. Beatriz Reyes Oribe titulada “Voluntad, Sindéresis y Conciencia en San Buenaventura”

Esta Conferencia se transmitirá en vivo el próximo viernes 28 de Julio a partir de las 19:30hs de Argentina. 

Podrá ser vista gratuitamente por el Canal de YouTube del Centro Pieper en el siguiente enlace:

O a través de la pantalla que se encuentra a continuación:


¿Te la vas a perder?


«San Buenaventura -Juan de Fidanza- nació en Bañorea (Bagnoreggio), pequeña ciudad italiana en las cercanías de Viterbo. Un hecho milagroso ilumina su niñez como prenuncio de lo que sería su vida. Estando gravemente enfermo, su atribulada madre lo encomendó y consagró a San Francisco de Asís, por cuya intercesión y méritos recuperó la salud. Llegado a los umbrales de la juventud se afilió a la Orden fundada por su bienhechor, atraído, según el mismo Santo confiesa, por el hermoso maridaje que entre la sencillez evangélica y la ciencia veía resplandecer en la Orden franciscana. En las aulas de la universidad de París, a la sazón lumbrera del saber, escuchó las lecciones de los mejores maestros de la época a la vez que atendía con ardoroso empeño a su formación espiritual en la escuela del Pobrecillo de Asís. Sus bellas cualidades de mente y corazón, perfeccionadas por la gracia, le atrajeron la simpatía y admiración de sus maestros y condiscípulos... Y, cuando apenas contaba treinta y seis años, la Orden, reunida en Roma en Capítulo, le eligió por su ministro general el 2 de febrero de 1257.
A lo largo de dieciocho años viajará incansable a través de Francia e Italia, llegando a Alemania por el norte, y por el sur a España; celebrará Capítulos generales y provinciales y proveerá con clarividencia a las necesidades de la Orden, para entonces extendida por todo el mundo antiguo conocido, en cuanto a la legislación y a los estudios, y sobre todo en cuanto a la observancia de la regla, para la que señaló el justo término medio, equidistante del rigorismo intransigente y de la relajación condenable... Con toda razón puede llamársele en cierto sentido el segundo fundador de la Orden de Francisco de Asís, del que escribió, a petición de los frailes, una biografía...
Predicaba con frecuencia impulsado de su celo por el bien de las almas. Papas y reyes, como San Luis, rey de Francia, universidades, corporaciones eclesiásticas y especialmente comunidades religiosas de ambos sexos eran sus auditorios. Los papas le distinguieron con su aprecio, consultándole en cuestiones graves del gobierno de la Iglesia. Gregorio X (1271-76), que por consejo del Santo había sido elevado al sumo pontificado, nombróle cardenal, le consagró obispo él mismo y le retuvo a su lado para preparar el segundo concilio ecuménico de Lyón… El 15 de julio de 1274, entregaba a Dios su bendita alma en medio de la consternación y tristeza del concilio, que se había dejado ganar por el irresistible encanto de su personalidad y por la santidad de su vida. El Papa mandó –caso único en la historia– que todos los sacerdotes del mundo dijeran una misa por su alma» (Fray Juan Meseguer, OFM).

 

martes, 18 de julio de 2023

Santo Tomás de Aquino, Comentador de la Sagrada Escritura [Saint Thomas Aquinas, Commentator of the Holy Scriptures] - Mario Caponnetto

Santo Tomás de Aquino, Comentador de la Sagrada Escritura 
[Saint Thomas Aquinas, Commentator of the Holy Scriptures]
Mario Caponnetto
    
    
En el 700 Aniversario de la Canonización de Santo Tomás de Aquino, especial para el Centro Pieper (Español-Inglés)

[On the 700th Anniversary of the Canonization of Saint Thomas Aquinas, special for the Pieper Center (Spanish-English)]

     
1. Valor y número de los comentarios bíblicos 
[Value and number of biblical commentaries]
     
Uno de los aspectos más relevantes (y hasta hace relativamente poco tiempo un tanto descuidado por los estudiosos) es la importantísima obra de exégesis bíblica que nos ha legado Santo Tomás. El Santo Doctor, en efecto, escribió varios comentarios bíblicos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Estos comentarios constituyen una parte preciosa de su teología y son textos que deben ser rescatados pues, contrariamente a lo que se supone -sobre todo a partir del extraordinario desarrollo alcanzado por la exégesis bíblica moderna- ellos conservan una extraordinaria vigencia. 
     
[One of the most relevant aspects (and until relatively recent times somewhat neglected by scholars) is the most important work of biblical exegesis that Saint Thomas has left us. The Holy Doctor, in fact, wrote several biblical comments, both of the Old and New Testaments. These comments constitute a precious part of his theology and are texts that must be rescued because, contrary to what it is supposed –especially from the extraordinary development achieved by the modern biblical exegesis– they still retain an extraordinary validity.]


Como muy oportunamente recuerda el Padre Leo Elders, fue el Papa Pío XII uno de los primeros, sino el primero, en llamar la atención acerca del valor de estos comentarios. En su alocución Oculis nostris, pronunciada el 14 de enero de 1958 ante los superiores, profesores y alumnos del Pontificio Ateneo Angelicum de Roma, aquel gran Pontífice al recordar la misma enseñanza del Doctor Angélico respecto de que “Nuestra fe se fundamenta en la revelación hecha a los Profetas y a los Apóstoles, los cuales escribieron los libros canónicos; no en la revelación hipotéticamente hecha a otros doctores” (Summa Theologiae I, q 1, a 8, ad 2), agregaba:
     
Santo Tomás ha aplicado siempre esta enseñanza. Efectivamente, sus comentarios sobre los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, y en primer lugar sobre las Cartas de san Pablo, se distinguen por una tan grande profundidad, delicadeza y discernimiento, que pueden ser contados entre las obras teológicas mayores del Santo. Se estima que proveen precisamente a estas obras un complemento bíblico que ha de tenerse en gran estima [1].

[As Father Leo Elders very opportunely recalls, it was Pope Pius XII one of the first, if not the first, to draw attention to the value of these comments. In his speech Oculis nostris, delivered on 14 January 1958 to the superiors, professors and students of the Pontifical Ateneo Angelicum of Rome, that great Pontiff, recalling the same teaching of the Angelic Doctor concerning that “Our faith is founded on the revelation made to the Prophets and the Apostles, who wrote the canonical books; not on the hypothetically revelation made to other doctors” (Summa Theologiae I, q 1, a 8, ad 2), added:

St. Thomas has always applied this teaching. Indeed, his comments on the books of the Old and New Testaments, and in the first place on the Letters of St. Paul, are distinguished by such a great depth, delicacy and discernment that they can be counted among the greatest theological works of the Saint. It is estimated that they provide precisely to these works a biblical complement that must be held in great respect [1].]

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