jueves, 12 de mayo de 2011

La «Dei Verbum» y los Sentidos Bíblicos y Extra Bíblicos (2) - P. Horacio Bojorge

La «Dei Verbum» y los Sentidos Bíblicos y Extra Bíblicos (2)
R. P. Horacio Bojorge, S.J.


Conferencia dictada en el Centro Pieper – Mar del Plata – 7 de mayo del 2011


Las acomodaciones psicologistas
Eugen Drewermann, Anselm Grün, Sanford


La hermenéutica bíblica de Anselm Grün

La sexta vez que me ocupé de errores en la interpretación bíblica fue más recientemente ante los escritos del benedictino alemán Anselm Grün, que pertenece a lo que podemos llamar los errores psicologistas, y tienen de común con la teología de la liberación que suelen tener como meta la libertad psicológica individual.

El benedictino alemán Anselm Grün, niño mimado de nuestras editoriales sedicentes católicas, en su obra “Evangelio y psicología profunda” [33]- publicada por primera vez en 1988, tres años antes de que el obispo de Paderborn separara al P. Eugen Drewermann de su cátedra, y cuatro antes de que le prohibiera predicar y lo apartara del ejercicio del sacerdocio -, reconoce la obra de Eugen Drewermann como su fuente de inspiración sin ahorrarle elogios: “en todo cuanto sigue utilizo los dos tomos de Drewerman «Psicología profunda y exégesis», a los que debo interesantes puntos de vista, y un libro de Sanford [34], discípulos [ambos] de Carl G. Jung, en el que el autor hizo ya hace veinte años [por lo tanto hacia 1968, contemporáneamente a Gabriel Morán] una exégesis bíblica desde el punto de vista de la psicología profunda” [35].

Voy a ocuparme de la obra del psicólogo junguiano y pastor episcopaliano John A. Sanford después de cerrar a continuación los comentarios sobre Anselm Grün.

Anselm Grün practica la misma acomodación psicologista que Drewermann, atribuyéndole arbitrariamente, al texto bíblico, un sentido de orden imaginario que sin embargo él presenta como si fuera el mejor sentido que el sentido literal, al que no vacila en considerar “inútil”. Cuenta Anselm Grün que en sus retiros bíblicos a jóvenes: “[Los jóvenes] se lanzaron a veces a hacer una interpretación de los textos bíblicos de manera lúdica. Cuando se ha llegado a pensar y sentir en imágenes bíblicas aparecen nuevos aspectos en los textos bíblicos. De su interpretación he llegado a la conclusión de que entienden bien el lenguaje de los simbolismos e imágenes bíblicas. Lo único que necesitan es estímulo para leer la Biblia en imágenes, sin perderse en inútiles [36] (!) interpretaciones del sentido literal” [37].

Estamos en la libre interpretación luterana y calvinista. Estamos en la práctica de atribuir al texto sagrado los sentidos acomodados de la simbología del alma como si fueran su sentido más profundo y propio, dejando de lado el sentido histórico como inútil e ininteresante.

 Anselm Grün apaña esta operación de atribución de un sentido acomodado bajo la pretensión de que es un sentido alegórico como el practicado por los Santos Padres y antiguos exegetas: “Los padres de la Iglesia ya se enfrentaron con problemas al querer conjuntar dentro de una misma exégesis los textos del Antiguo y del Nuevo Testamento. Nadie que pretenda ensayar una exégesis bíblica desde la psicología profunda podrá silenciar su esfuerzo por lograr una exposición espiritual” [38].

Llamar “exégesis bíblica” a una interpretación de la Sagrada Escritura desde la psicología profunda es una tergiversación. Es apañar la sustitución del sentido literal por un sentido acomodado de orden psicológico y por lo tanto inmanente, que es presentado por Anselm Grün como equivalente.

John A. Sanford, uno de cuyos libros dice seguir Anselm Grün, es un pastor episcopaliano estadounidense, autor de una interpretación psicologista en clave junguiana del Evangelio según San Juan, que ve a Jesús como un hombre común y se refiere a él como una persona humana: "En la cruz colgó la persona más consciente que el mundo haya conocido jamás. En él, la mente de Dios fue ejemplificada y revelada... Cuando la consciencia de una persona individual aumenta, este hecho afecta la conciencia general de la humanidad" [39].

La obra de Sanford sobre el Evangelio de Juan interpretado desde el punto de vista de la psicología junguiana es presentada como “Un comentario psicológico que recorre todo el evangelio con sus imágenes del agua viva, el pan de vida, el vino mejor, el buen pastor y otros símbolos de Jesús”.

No hay referencia aquí al Verbo del Principio, al Hijo, al Jesús que lleva al Padre. No se trata de una interpretación del texto sino de una sustitución de los sentidos auténticos del texto según los han entendido la Iglesia y los santos.

Según un comentarista, Sanford viene a desenredar (¡por lo visto el sentido literal es una maraña incomprensible para el hombre moderno!), a desenredar el sentido más profundo del texto de Juan. Ese sentido más profundo humanamente no sería el sentido inspirado que ha leído siempre la Iglesia, la revelación del Padre a cargo del Hijo que vive de cara a la profundidad del seno de Dios, sino un sentido más profundo en las dimensiones de la profundidad del alma humana, que viene a sustituir al enmarañado discurso sobre Dios Padre y Dios Hijo, incomprensible para el hombre de hoy. Y lo sustituye más que por simple acomodación mediante una verdadera sustitución por impostura del sentido que intentó el autor inspirado por Dios y Dios mismo.

Según afirma Sanford, autor preferido de Anselm Grün, “El autor del cuarto Evangelio era un genio religioso cercano a Cristo. Un resultado de este genio es que el Cristo cuyas palabras escuchamos en este evangelio no es el Jesús histórico de los evangelios Sinópticos sino el Cristo cósmico resucitado. La vitalidad perenne [no la eclesiástica hoy superada] de este evangelio único proviene de su capacidad de brindar a los lectores de sucesivas generaciones, nuevas intuiciones que solamente un avance en la comprensión espiritual y psicológica puede hacer posible” [40].

¡El sentido literal y eclesial quedó atrás como algo enmarañado, incomprensible para las nuevas generaciones iluminadas por la nueva espiritualidad modernista y la psicología profunda donde tiene lugar la auténtica revelación de Dios para el hombre!.

He aquí, en otras palabras, un ejemplo claro de la convicción modernista de que la revelación de Dios la encuentra el hombre espontáneamente desde su “inmanencia vital”, o de su “experiencia de vida”, o como un “hecho de vida”, o por participación en un imaginario colectivo. Jung, a quienes algunos cristianos e incluso sacerdotes pensaron como un autor que hacía conciliable la moderna psicología con la fe cristiana, es, sin embargo, un pensador modernista que busca en la inmanencia psicológica la revelación de Dios.

El texto bíblico ya no les interesa a estos autores por su sentido literario, inseparable de su sentido inspirado, sino como pre-texto para una acomodación imaginaria proyectada desde afuera en el texto, el cual solamente sirve ya para estribar y levantar vuelo al mundo de lo imaginario psicológico.

Para estos pensadores, el texto bíblico ya no tiene un mensaje propio y normativo para expresar, sino que, aunque se sigan refiriendo a él, deja de ser un texto para convertirse – como he dicho - en un pretexto.

En estos ámbitos modernistas se ha acuñado el término eiségesis [introducir un sentido] como procedimiento alternativo de la tradicional exégesis [extraer el sentido].

Ya hemos visto por qué el texto bíblico puede llegar a parecerle a alguien que es “inútil”, cuando la Iglesia, por el contrario le da la máxima importancia.

Es obvio que cuando alguien no cree en la posibilidad de los milagros, del nacimiento virginal, de la resurrección, de la ascensión al cielo, de los exorcismos de demonios, de la curación de enfermedades y de calmar las tormentas con la palabra o andar sobre las aguas, etc., tratará de ver, en esos textos cuyo sentido literal no puede aceptar como verdadero, algún otro sentido verosímil para el lector, pero que no es el sentido que ha querido darle Dios y ha leído siempre la Iglesia y el Magisterio en esos textos.

Eso es precisamente lo que han hecho primero los reformadores con el libre examen y luego los racionalistas de todos los tiempos empezando por Kant y siguiendo por su descendencia intelectual modernista.

En tiempos del Concilio tridentino ya hubo una condenación de las acomodaciones abusivas a que daba lugar la doctrina reformada del libre examen del texto sagrado. En dicho concilio se tienen en cuenta acomodaciones irreverentes o abusos que comenzaban a surgir debido a la libre interpretación de la Escritura por el individuo, aún el impreparado e ignorante. Éste era entonces el lado ideológico de los abusos corrientes. Veamos cómo lo expresa el Concilio tridentino:

“Queriendo asimismo este santo Concilio reprimir la temeridad con que se tuercen y aplican a cualquier tema profano las palabras y sentencias de la Sagrada Escritura, esto es, a chanzas, a cuentos, vanidades, adulaciones, adivinaciones, sortilegios y libelos infamatorios, decreta y manda, a fin de abolir esta irreverencia y este desprecio y para que ninguno se atreva en adelante a valerse en modo alguno de las palabras de la Sagrada Escritura en estos o semejantes casos, que castiguen los obispos, con las penas de derecho y otras de su arbitrio, a todos los que incurran en este delito, como corruptores y profanadores de la palabra divina” [41].

Es cierto que el sentido acomodaticio de las palabras y textos inspirados puede ser algunas veces útil, con tal de que no se induzca a confusión al oyente, de modo que lo considere inspirado o querido por Dios, o pierda de vista que el texto inspirado por Dios tiene un único sentido divino que es insustituible e irremplazable por otro de origen humano.

Por eso, fácilmente quien se aventura a asignarle sentidos acomodados a los textos bíblicos, especialmente si es un no creyente, puede incurrir en usurpación de la autoridad divina, en plagio, en falsificación del sentido, en irreverencia y hasta en sacrilegio.

De ahí que ya Nuestro Señor Jesucristo advertía a sus discípulos: “no deis la cosas santas a los cerdos ni a los perros” [42] y los Santos Padres prescribían reservar “las cosas santas para los santos”. Y el Concilio Tridentino condena los usos acomodados irreverentes y sugiere que todo uso acomodado bordea la irreverencia con la Palabra divina o la usurpación de su autoridad o de su sentido.

El Concilio Tridentino, previendo el riesgo implícito en la conjunción de las siguientes tres doctrinas luteranas:
a) la negación de la autoridad de los Padres, la Tradición y la Iglesia,
b) la afirmación en sustitución de ellas de la autoridad de la sola Scriptura, y
c) la afirmación de la libre interpretación de las Sagradas Escrituras,
decretó:

“Además, para reprimir a los ingenios petulantes, decreta, que nadie se atreva a interpretar [las Sagradas Escrituras], apoyándose en su propia prudencia, en los asuntos de fe y de costumbres que pertenecen a la edificación de la doctrina cristiana, retorciendo la Sagrada Escritura a lo que ellos entienden, contradiciendo aquél sentido que les dio y les da la santa madre Iglesia, a la que pertenece juzgar acerca del sentido verdadero y de la interpretación de las santas Escritura, ni se atreva a interpretar la misma Sagrada Escritura contra del unánime consenso de los Padres, incluso si no se fuesen a publicar nunca dichas interpretaciones por ningún medio” [43].

La Constitución «Dei Verbum» vino varios siglos después a refrendar, asertivamente y sin decretos ni cánones condenatorios, la autoridad de la Iglesia como única depositaria de la auténtica interpretación del único y divino sentido de las Escrituras. Reafirmó el carácter inspirado del sentido literal y la verdad e inerrancia de su contenido.

Reafirmó también que la ley del contexto espiritual y literario ha de gobernar la interpretación auténtica de las Sagradas Escrituras.

De este modo, asertivamente, quedan excluidas todas las lecturas acomodadas o arbitrarias, como desprovistas de toda autoridad divina y espiritual.

Y, al colocarse la «Dei Verbum» en continuidad del Concilio Tridentino y Vaticano I, hace suyos y declara vigentes los cánones tridentinos que excluyen y desautorizan el uso de las Sagradas Escrituras para otros fines que los propios, como irreverentes o sacrílegos, y como delito de corrupción y profanación de las Sagradas Escrituras.





Horacio Bojorge, SJ





_______

Notas:

[1] [NdR: El P. Bojorge participó como invitado especial en las «I Jornadas Marplatenses por la Vida y la Familia» organizadas por la “Fraternidad de Vida Nueva” el viernes 6 y sábado 7 de Mayo del 2011 (http://jornadasvidafamilia.blogspot.com/). Finalizadas las mismas al mediodía, por la tarde el P. Bojorge brindó esta conferencia].

[2] [NdR: “SITA” es la sigla correspondiente a “Sociedad Internacional Tomás de Aquino”].

[3] Éxodo y Liberación, en: Víspera (Montevideo) (Oct.-Dic. 1970) Nº 19-20, pp. 33-37.

[4] Éxodo 7, 16; 8, 16. 21-23; 9, 1.13; 10, 7-9.

[5] Georges Auzou, De la Servitude au Service (Col. Connaissance de la Bible 3), Ed. de L’Orante, Paris 1961. La traducción castellana existente tradujo infelizmente: De la servidumbre al servicio (Col. Actualidad Bíblica 2), Ediciones Fax, Madrid 1979.

[6] Y eso se ve principalmente en el fragmento Éxodo 6, 2-8.

[7] [NdR: todas las negritas en este artículo son nuestras].

[8] Fundamento Veterotestamentario de la Esperanza Cristiana, en: Perspectiva Teológica (Sâo Leopoldo RS), 3 (enero-junio 1971) Nº 4, pp. 67-80.

[9] Julián Marías, Problemas del Cristianismo, Cap. La vertiente religiosa de la justicia social. BAC Minor, (Vol. 51) Madrid 1982, cita en pág. 22. 23.

[10] Estudio publicado en: Perspectiva Teologica (Sâo Leopoldo) 10 (1978) Nº 20, pp. 31-95. Republicado en: Documentación Celam (Bogotá) 3 (1978) Nº 16-17, pp. 401-464. Republicado en Vida Pastoral, (Montevideo) (Enero Febrero 1979) Nº 72, págs. 39-57 y (Julio Agosto 1979) Nº 75, págs. 234-272.

[11] Literalmente: «La Religión racional pura es “el espíritu de Dios” que nos guía en toda verdad”, Immanuel Kant, O.c. p. 113.

[12] San Pío X, Pascendi Dominici Gregis, Nº 5.

[13] Immanuel Kant, La Religión dentro de los límites de la mera Razón, Alianza Editorial, Libro de Bolsillo, 1969. Citas en las páginas 111 y 221 nota (43) 57.

[14] Immanuel Kant, O.c. p. 113.

[15] David Friederich Strauss, Das Leben Jesu, kritisch bearbeitet, Tübingen 1836, p. 734.

[16] Ibid. Pág. 738. Pasajes citados por W. Kern S. J., Eine Wirklinie Hegels in Deutscher Theologie: Christusereignis und Gesamtmenschheit (= Kern-Wirklinie) en Zeitschrift f. Kath. Theol. 93 (1971) 1-28, más en particular sobre Strauss pp. 8-13. La cita de nota 13 en Pág.9 nota 5.

[17] Albert Schweitzer, Geschichte der Leben Jesu Forschung. Citamos la paginación de la edición manual Siebenstern T. Verlag, München – Hamburg 1966 Cita en p. 107.

[18] D. F. Strauss, Das Leben Jesu, für das deutsche Volk bearbeitet, Leipzig 1864, (= Leben J-1864), p. XIX-XX.

[19] Leben J-1864, p. XX.

[20] Leben J-1864, p. XIX.

[21] Ernest Renán (1823-1892), La Vie de Jésus, Ed. Calmann-Lévy, Paris 1900, cita en p. 244.

[22] Herbert Braun (n. 1903) Jesus-Der Mann aus Nazareth und seiner Zeit, Kreuz Verlag, (Bibliothek Themen der Theologie I) Stuttgart 1969. Trad. Castellana: Jesús, el Hombre de Nazareth y su tiempo, Ed. Sígueme, Salamanca 1975, prólogo de Javier Pikaza.

[23] Karl Kautzsky (1854-1938), Der Ursprung des Christentums. Eine historische Untersuchung, Stuttgart 1908. Trad. Castellana en Editorial Sígueme, Salamanca, 1975.

[24] Belo, Ed. Du Cerf, Paris 1974.

[25] Clévenot, Ed. Du Cerf, Paris 1976.

[26] Clévenot, O.c. p. 24.

[27] Un volumen de homenaje, número doble de la revista de la Compañía de Jesús en Uruguay Misión de Fe y Solidaridad 62-63 (junio-julio 1996) titulado Una Teología con sabor a Vida, reúne elogios a la persona y al pensamiento de Juan Luis Segundo. Ha sido traducido al portugués y publicado por los jesuitas en Brasil. Este volumen contiene contribuciones de los siguientes jesuitas: Andrés Assandri, Armando Raffo, Andrés Torres Queiruga, Carlos Palacio, Roger Haight, Jon Sobrino, Pierre Vallin, Elbio Medina, Fernando Verdugo. Los demás son, en su mayoría, laicos allegados a la Compañía y algunos ex-jesuitas.
Armando Raffo SJ, «Juan Luis Segundo: La Espiritualidad como profundidad de la Teología (evocación de su espiritualidad)» en CIS [Revista publicada por el Secretariatus Spiritualitatis Ignatianae, Roma] 27-2 (1996) n. 82, pp. 43-45.
Elbio Medina SJ, «Juan Luis Segundo, SJ: un creyente sabio y comprometido», en Miscelánea Comillas 54 (1996), pp. 193-197. Elbio Medina SJ, también un elogio póstumo en el periódico de izquierda Cuadernos de Marcha (3ª Época) 10 (1996), n. 113, p. 27.
Jon Sobrino SJ, «Ateísmo e Idolatría en la teología de Juan Luis Segundo SJ» en Revista Latinoamericana de Teología 37 (enero- abril 1996), pp. 3-10. Republicado en CIAS 45 (Oct/1996), n. 457, pp. 475-482, que agrega una serie de cartas obituarias en pp. 482-488.
El P. Martin Maier, SJ, redactor de la revista de los jesuitas alemanes Stimmen der Zeit, elogia a Segundo en un artículo dedicado a la Teología de la Liberación en América Latina que se republica en la revista de los jesuitas españoles Razón y Fe 236 (1997), n. 1.189, p. 288.
En revistas dirigidas por la Compañía han publicado elogios otros pensadores de renombre: Gustavo Gutiérrez, «Juan Luis Segundo: una amistad para toda la vida» en Signos enero 1996, p. 8; republicado en Misión de Fe y Solidaridad 62-63 (junio-julio 1996) pp. 51-52.
E. Hoornaert, «In Memoriam: Juan Luis Segundo (1925-1976)» en Perspectiva Teológica 28 (1996), pp. 153-155.
Ricardo Cetrulo, que perteneció a la Compañía, escribe “Un liberador de la Teología”, en el periódico de izquierda: Brecha (Montevideo), n. 535, marzo 1996, p. 22.
Después de su muerte, El P. Armando Raffo ha dado a publicar el manuscrito del libro de Segundo: El Infierno. Un diálogo con Karl Rahner, prologado por Elbio Medina. Coeditado por Trilce, Montevideo 1997 y Lohlé-Lumen, Buenos Aires 1998. El libro fue presentado por el P. Elbio Medina, y el ex jesuita Ricardo Cetrulo en la Asociación Cristiana de Jóvenes de Montevideo el 01-09-1998. Simultáneamente ha aparecido su traducción portuguesa en Brasil: O Inferno como absoluto menos. Um dialogo com Karl Rahner, Paulinas, Sâo Paulo 1998.

[28] Armando Raffo SJ, «Juan Luis Segundo: La Espiritualidad como profundidad de la Teología (evocación de su espiritualidad)» en CIS [Revista publicada por el Secretariatus Spiritualitatis Ignatianae, Roma] 27-2 (1996) n. 82, pp. 43-45.

[29] M. J. Le Guillou, El Misterio del Padre. Fe de los Apóstoles. Gnosis actuales, Encuentro, Madrid 1998. Original francés Arthème Fayard, Paris 1973. Ver pp. 42-43.

[30] Véase por ejemplo el tratamiento que hace Juan Luis Segundo de Dei Verbum 9-10 en El dogma que libera pp. 317-323; o de Dei Verbum 15 en pp. 343. 344.

[31] Hechos 8, 30.

[32] Los nombres y las circunstancias constan en mi archivo.

[33] Anselm Grün, Evangelio y Psicología Profunda, Narcea Ediciones, Madrid 2003, [Original Alemán: Tiefen-psychologische Schriftauslegung, 19881].

[34] John A. Sanford (1929-2005) fue un psicoanalista junguiano y sacerdote episcopaliano. En 1955, fue ordenado sacerdote en el Seminario Teológico Episcopal de Cambridge, Mass. Más tarde, fue profundamente influenciado por su mentor, Fritz Kunkel, discípulo de Carl G. Jung, el psiquiatra suizo y fundador de la psicología analítica, de quien John era un estudiante dedicado. Estudió y dominó la mitología griega, lengua griega, y la historia indígena Americana. La primera asignación de oficina de John como sacerdote asistente fue en la parroquia de St. Luke's en Monrovia en 1955. Fué nombrado rector de la iglesia de Trinity en Los Ángeles en 1958. Véase su biografía en http://www.upsunday.com/_/Sanford.html  

[35] Anselm Grün, Evangelio y Psicología Profunda, p. 8.

[36] Las cursivas y el signo de admiración son míos.

[37] Anselm Grün, Evangelio y Psicología Profunda, p. 8.

[38] Anselm Grün, Evangelio y Psicología Profunda, p. 7.

[39] "On the cross hung the most conscious person the world had ever known. In him the mind of God was exemplified and revealed... When the consciousness of a single person is increased, it affects the general consciousness of humanity". Esta es la tesis que afirma Sanford en su obra de interpretación psicológica de la Sagrada Escritura: Mystical Christianity, A Psychological Commentary on the Gospel of John (Crossroad Books, 2000).

[40] "The author of the fourth Gospel was a religious genius in touch with Christ. One outcome of his genius is that the Christ whose words we hear in this gospel is not the historical Jesus of the Synoptic Gospels but the Risen or Cosmic Christ... The ageless vitality of this unique gospel comes from its capacity to impart to readers of succeeding generations new insights that only an advancing spiritual and psychological understanding can make possible". http://www.mandalabooks.com/Mystical-Christianity-A-Psychological-Commentary-on-the-Gospel-of-John  

[41] “Praeterea ad coercenda petulantia ingenia, decernit, ut nemo, suae prudentiae innixus, in rebús fidei et moribus, ad aedificationaem doctrinae christianae pertinentium, sacram Scripturam ad suos sensus contorquens, contra eum sensum, quem tenuit et tenet sancta mater Ecclesia, cuius est iudicare de vero sensu et interpretatione Scripturarum sanctarum, aut etiam contra unanimem consensum Patrum ipsam Scripturam sacram interpretari audeat, etiamsi huiusmodi interpretationes nullo umquam tempore in lucem edendae forent…” [Concilio Tridentino, Decreto sobre la edición y el uso de las Sagradas Escrituras, Sesión 4, del 8 de abril de 1546. Enchiridion Biblicum n. 49: Denzinger Schönmetzer 1507 (786)].

[42] Mateo 7, 6.

[43] Texto latino: “Praeterea ad coercenda petulantia ingenia decernit, ut nemo, suae prudentiae innixus, in rebús fidei et moribus, ad aedificationaem doctrinae christianae pertinentium, sacram Scripturam ad suos sensus contorquens, contra eum sensum, quem tenuit et tenet sancta mater Ecclesia, cuius est iudicare de vero sensu et interpretatione Scripturarum sanctarum, aut etiam contra unanimem consensum Patrum ipsam Scripturam sacram interpretari audeat, etiamsi huiusmodi interpretationes nullo umquam tempore in lucem edendae forent” [Concilio Tridentino, Decreto de la edición y el uso de las Sagradas Escrituras, Sesión 4, del 8 de abril de 1546. Enchiridion Biblicum n 47; Parte del Decreto dirigida directamente contra los reformadores, lamentablemente omitida por Denzinger-Schönmetzer].



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