Marcelo E. Aguirre Durán
Universidad Santo Tomás (Chile)
En la lectura de la obra de Josef Pieper podemos encontrar una serie de elementos que nos harán referencia, necesariamente, a lo que es la filosofía de la historia. Se hace pertinente, por lo tanto, reconocer ciertos aspectos que son clarificadores de aquello que en Pieper se constituye como un aporte personal y que, al mismo tiempo, es una visión interpretativa de largo alcance, que permite aclarar una serie de temáticas surgidas del cuestionamiento propio de la disciplina histórica.
Para el desarrollo de estos diferentes aspectos descriptivos de la filosofía de este autor es necesario enumerar y explicar lo que podemos llamar “claves” para la interpretación de su obra. Nos parece que esto se puede ver de forma nítida en lo expuesto en el texto “El Fin del Tiempo”, ya que es allí donde aparece, de manera ordenada y sistemática, toda su propia filosofía de la historia (si es que podemos llamar propio a aquello que pretende ser orientador del pensamiento profundamente cristiano). A continuación daremos lugar a la exposición de algunas de éstas.
En primer lugar hemos de mencionar que la filosofía de la historia es un constante esfuerzo por fijar la vista en el futuro [*]. No habría otro sentido sino la orientación hacia lo que es el porvenir, ya que la pregunta por el pasado y por el presente se orientan exclusivamente hacia lo que es el futuro, lo cual se transforma en algo apremiante y natural [1]. Esta pregunta es tan radical que no podríamos renunciar a ella, ya que es la pregunta propia del filósofo que se encuentra frente al objeto, en este caso la historia.
Un segundo aspecto que surge como clarificador de la filosofía de la historia es aquel que tiene que ver con el salto a lo que es la teología. Esta necesidad, que se detallará más adelante, se da debido a que la historia misma no se podría explicar de forma única a partir de ella en cuanto temporal. Hay una necesidad de recurrir a un punto teológico que entregue una solución definitiva.