jueves, 10 de febrero de 2022

La Peste Negra del Siglo XIV y los Mitos acerca de los Tratamientos - Marcelo Gustavo Imbrogno

La Peste Negra del Siglo XIV
y los Mitos acerca de los Tratamientos
Prof. Marcelo Gustavo Imbrogno


[FVN / CentroPieper / ELCAMINO] Este Jueves 10 de febrero, a partir de las 19hs, el Prof. Marcelo Gustavo Imbrogno disertará sobre “La Peste Negra del Siglo XIV y los Mitos acerca de los Tratamientos”. Este encuentro, organizado por la Agrupación «Fraternidad de Vida Nueva» y el Centro de Humanidades Josef Pieper, se realizará en el Multiespacio Cultural EL CAMINO, Santiago del Estero 3965, de la ciudad de Mar del Plata, con distanciamiento social y cupos limitados. El ingreso es libre de aranceles. Para reservar lugar comunicarse por Whatsapp / Telegram al 223 5 034406.

La Peste Negra apareció a mediados del siglo XIV y esta se extendió rápidamente por las regiones de la cuenca mediterránea y el resto de Europa. Entre el año 1346 y 1353 la también llamada Peste Bubónica produjo la mayor plaga de la historia de Europa y la más mortal de todas, llevándose consigo a cerca de la mitad de la población total de Europa. 

Puede ver esta Conferencia en forma gratuita, a través del Canal del Centro Pieper en YouTube, presionando el siguiente enlace:

O a través de la pantalla que se encuentra a continuación:



Marcelo Gustavo Imbrogno es Bioquímico por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Profesor Universitario en Ciencias Biológicas. 

Director de la carrera de Bioquímica en la Universidad John F. Kennedy de Buenos Aires, Argentina. Es Profesor asociado del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias de la Salud, y Tutor de Tesinas en las carreras de Farmacia y Odontología en dicha Universidad.

Jefe de Sección Inmunoserología y Parasitología del laboratorio del Hospital Español de Buenos Aires y miembro del Comité de Ética en Investigación de dicha Institución, acreditado por el Comité Central de C.A.B.A. 

Profesor de la Escuela de Especialidades Paramédicas de la Cruz Roja Argentina. Ex docente de Farmacobotánica de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Miembro de la Asociación Civil Historia de la Farmacia.



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Marcelo Gustavo Imbrogno






2 comentarios:

  1. Dios les da a la Iglesia ante la tibieza la misma orden de siempre: santifícate para que no seas vomitada de la boca de Dios.
    No digas como los judíos decían a San Juan Baustista: “somos hijos de Abraham” y los católicos ahora dicen: “las puertas del infierno no prevalecerá sobre la Iglesia”, la orden está señalada como el castigo santifícate porque de las piedras Dios puede sacar hijos de Abraham y porque hay dos Mujeres en el lecho, una buena Mujer y una Mala Mujer y una será tomada y la otra dejada, realiza obras buenas y meritorias, corrige tu doctrina, enciende la lámpara, no sea que te encuentre sin luz el regreso del Amado y no puedas entrar en la fiesta del Esposo.
    Dios dice desde las Sagradas Escrituras, muchas veces, “debes observar los signos de los tiempos”, “Cristo vuelve pronto”, “cuando vean la abominación de la desolación entrar al lugar santo ya es y, entonces, debes huir”, “del templo, el atrio y las naves serán destruidas y sólo se salvará el tabernáculo”, “el Anticristo se sentará en el templo de Dios haciéndose llamar dios”, “cesará el sacrificio perpetuo” cosa que ha ocurrido durante la pandemia por decisión de la Iglesia pero no tres años y medio, etc.
    No sea que creas estar entre los que pertenecen a la buena Mujer y estés formando parte de la mala Mujer.
    Mira a quién sigues y a quién mencionas como gobernante de la Iglesia santa, mira qué jerarquía sigues y qué hace con las cosas de Dios esta jerarquía, no seas que creas estar en la Iglesia santa y te encuentres ubicado en la Iglesia de la Publicidad que irá a la perdición.
    Mira dónde estás ubicado y qué has hecho para Dios no seas que por palabra, obra y omisión hayas dejado crecer a los que estaban entre nosotros pero no eran de los nuestros, no seas que formes parte por tu ceguera ante los signos de los tiempos de la Iglesia profunda porque irás con ella a la segunda muerte del infierno.
    El costo de la verdad en tiempos del padre de las mentiras es vanidad de vanidades, ser ignorado por Cristo no es nada comparado con lo que Cristo nos ha dado, la verdad exige su sacrificio pero este sacrificio fue pagado por Cristo por la Verdad misma que fue dada al Mundo pero hoy la Verdad brilla en la tinieblas pero las tinieblas no la reciben.
    Los católicos deben completar lo que falta del sacrificio de Cristo en la Cruz que no es lo que falta del sacrificio de Jesucristo porque este fue sobreabundante sino del Cristo total, hay méritos que se deben hacer, los hombres deben colaborar con Dios en la obra de Salvación, deben tomar su propia cruz y seguir a Cristo, ese es el costo de la verdad pero el premio lo es todo. Saludos en la Santa Virgen María y en Cristo Rey

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  2. The Wanderer ha presentado otro de sus artículos descaminados de Eks que se llama "El triunfo de la voluntad".
    El mismo parte del error de querer oponer obediencia a caridad y discutir cuál es la mayor entre las dos virtudes para establecer cierto orden en la obediencia.
    Pero el artículo debería oponer la prudencia a la obediencia, es decir, no hay obediencia que obligue a lo contrario de lo que la prudencia manda como bueno y prohíbe como malo que sea correcta, o sea, que sea acto virtuoso y no pecado.
    La jerarquía de las virtudes naturales que son prudencia, justicia, fortaleza, templanza y de las sobrenaturales que son caridad, fe y esperanza.
    Todo ello, nos muestra una graduación en orden de importancia que no puede ser dejada de lado sin grave daño para la persona teniendo presente que las otras virtudes no pueden ocupar el lugar de estas siete virtudes fundamentales salvo la humildad.
    La obediencia debe ser enfrentada con la prudencia. La obediencia es virtud siempre que se realice en el orden de la virtud de la prudencia.
    La prudencia es la que establece que es lo bueno que debe hacerse y lo malo que debe evitarse.

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