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Prof. Fabián Ledesma
Prof. Fabián Ledesma
Extracto de la Ponencia "Jordán Bruno Genta: Pensador Cristiano" del Prof. Fabián Ledesma, dictada en la «Jornada homenaje en el marco del Centenario de su Nacimiento y el 35º Aniversario de su Martirio [02/10/1909 - 27/10/1974]», en Rosario, Argentina, 15 Octubre 2009. Al final de este post, se puede escuchar un audio de Caturelli y Caponnetto sobre Genta.
"Esta es la hora de hablar el lenguaje que Cristo nos recomienda en el sermón de la montaña, sí sí, no no; esta es la hora de la obstinación invencible, de la constancia persistente, de la fidelidad continuada. Es cierto, nosotros no tenemos la fuerza del número, no tenemos la fuerza del dinero, no tenemos la fuerza de las armas, no tenemos la fuerza de las logias y de los poderes ocultos, pero nosotros tenemos la fuerza de Cristo, y en la manera que esa fuerza irradie en nosotros y Cristo viva en nosotros más que nosotros mismos, en esa misma medida seremos invencibles, aún en la derrota, porque después de todo, éste es un lugar de paso, de prueba y de testimonio, y lo importante es que seamos capaces de ser, hasta la muerte y sobre todo en la hora de la muerte, testigos de la Verdad, de esa Verdad que es Nuestro Señor Jesucristo, la Verdad Crucificada por amor, la Verdad que nos ha creado y redimido. Sin Él no hay nada, ni posibilidad de nada, ni se puede hacer nada que sea afirmación de lo real y pleno de aquello mismo que El ha venido a cuidar, proteger y defender, que es la persona humana".
Jordán Bruno Genta
El Dr. Caturelli contextualiza histórica y filosóficamente a Genta, dentro del marco de la filosofía clásica, comunicada a modo de hilo conductor a través o por medio de la tradición occidental, siendo ésta en sus raíces greco-romana-ibérica y en los últimos cinco siglos, también americana.
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Así, meditando a Platón, Aristóteles, Maritain, Marechal, San Agustín, Santo Tomás, es decir, asumiendo toda la imponderable riqueza que guarda la tradición filosófica clásica y occidental, el Prof. Genta dio a luz su amplia y polifacética obra. Y si bien de la misma, el Dr. Caturelli distingue en su libro tres grandes campos, a saber: Doctrina Pedagógica, Metafísica y Filosofía Política, por razones de tiempo, me limitaré a señalar y a exponer muy sintéticamente el primero y el último de ellos.
Doctrina Pedagógica
Para este singular tema, lo primero que hay decir es que entre sus obras publicadas, se destaca la titulada "Acerca de la libertad de enseñar y de la enseñanza de la libertad" , publicada en 1945. Allí sostiene Genta la idea de que ante el problema de la educación el camino idóneo a seguir no es otro que el cultivo de la filosofía y de las humanidades clásicas, insertadas en la Metafísica, y ésta a su vez, en la Teología. Es decir, del pensamiento de lo humano al pensamiento del ser, y del pensamiento del ser a la intelección del misterio del Ipsum Esse Subsistens.
Frente a los resabios de la reforma universitaria, frente a la política liberal y la revolución marxista, Genta afirmará categóricamente que toda formación debe ordenarse a la contemplación y que, por tanto, el fin de la Universidad es la contemplación de la Verdad inmutable y el cuidado del alma de la nación. Esto, a su vez, como desarrollo consecuente de la tradición heredada de España y como rectificación del proceso de "desaristotelización" operado en el interior del ámbito universitario.
Pero el corazón, el núcleo doctrinal si se quiere de su pensamiento en torno al complejo problema de la educación, lo constituye sin dudas su teoría de la Pedagogía de los Arquetipos. Ésta consiste, concretamente, en educar y formar a partir de los grandes modelos que supieron conjugar inteligencia, espíritu de caridad y conducta ejemplar, y que están representados por los santos y héroes de nuestra tradición histórica, promoviendo nada menos que el edificante desafío de imitarlos y de seguirlos en su heroísmo, en sus virtudes y en su santidad. "Lo que Genta quiere proponer a los jóvenes argentinos es la lección de estas vidas ejemplares".
¿Cuáles son algunos de estos arquetipos? Sócrates: el educador. Aristóteles: el filósofo. San Martín: el soldado. San Francisco de Asís: el amor. Don Quijote: el caballero. Shakespeare: el artista. Y, por supuesto, el modelo absoluto, el arquetipo de perfección por excelencia no puede ser otro que Cristo, epifanía del Padre.
A este respecto, Genta dice claramente cuales son las únicas dos opciones posibles en materia antropológica: "o un hombre dominado por sus impulsos y pasiones, o un hombre libre, que vive como San Francisco, muere como Sócrates, se destierra como San Martín, deshace entuertos y venga agravios como Don Quijote, o colma sus vigilias de serena sabiduría como Aristóteles".
La educación del Arquetipo, escribe el Dr. Caturelli a propósito de Genta, prepara para la auto-donación del hombre al prójimo, a la Patria y a Dios y, en el fondo, "prepara para una muerte digna".
Y al final de su último discurso, pronunciado la víspera de su muerte, Genta dice: "en esta Nación (...) que quisiera volver otra vez a una tierra de señores donde haya un trato de honor para todos sus habitantes, a levantarse la Universidad en torno a la cátedra magistral, en torno a la cátedra del maestro de sabiduría divina y humana, de ciencias y de artes (...) ¿pero a los efectos de qué? De asegurar la formación renovada de legítimas superioridades, de modelos, de ejemplos, de personalidades ejemplares. Que son los que realmente levantan a un pueblo al más alto nivel de cultura, porque el más alto nivel de cultura se lo da la presencia del modelo y del ejemplo. (...) Lo que necesita un pueblo es Teología y Metafísica, cuando es un pueblo que (...) viene además de la civilización de Cristo, de los griegos y de los romanos".
Filosofía Política
Éste es, sin dudas, el campo donde Genta más se destacó. Seguramente porque nuestro Profesor: "amaba la Patria, bien que no se elige sino que se hereda y se impone. Bien cuyo perfil esencial calificó de hispano y de católico, sin olvidarse de las raíces helénicas y romanas. Por eso fue también grande su dolor al constatar la servidumbre en que se hallaba, el caos en que se hundía, la noche ruin en que se asfixiaba. Y llamó a los responsables de tan grande mal con adjetivos durísimos, convocando a la resistencia y la lucha, sin renunciar a la esperanza". En este mismo orden de cosas, creo también relevante destacar que Caturelli refiere y desarrolla este tema bajo el título: "La Argentina que nos duele".
[...]
De este modo, el Prof. Jordán Bruno Genta, conforme a su ardiente vocación nacionalista y católica, paulatinamente fue ampliando e intensificando su prédica a lo largo y a lo ancho de la República, en libros y periódicos [...] Sin embargo, entre sus obras de política el libro que más se destaca es sin dudas, "Guerra Contrarrevolucionaria" [...] Dicha obra estuvo especialmente dirigida a los soldados de la aeronáutica militar, y posee la particularidad metodológica de estar escrito y expuesto en capítulos contrastantes: doctrina positiva - doctrina negativa. Claro, concreto y conciso, de modo que el libro sirviera para la lucha y para el combate. Y de hecho, vaya si sirvió: baste sólo con observar una y otra vez, para la perplejidad de muchos, la colosal hazaña mundialmente reconocida, que realizaron nuestros pilotos en Malvinas.
Transcribo a continuación uno breves párrafos de él:
"El amor a la Patria, el sentimiento del patriotismo en su expresión más elevada, es la abundancia del corazón en la piedad hacia el pasado, en el orgullo de proseguir en el presente y con la esperanza de un futuro de grandeza, el cumplimiento de un destino histórico intransferible, asumido desde el principio por los padres de la Patria".
"Comete una infidencia el que falsifica -la historia de la Patria-, convirtiendo los sucesos del pasado en armas para los combates de hoy: La historia es la Patria. Si nos falsifican la historia es porque quieren robarnos la Patria".
"El nacionalismo como exaltación o exasperación del amor a la Patria, se justifica plenamente cuando ella está enferma o en peligro de perderse. No es una actitud egoísta, ni de odio, o desprecio hacia las otras patrias, sino máxima solicitud hacia la propia, la que más nos necesita y nos reclama en su necesidad. Por esto es que ante la Patria amenazada en su misma existencia, el nacionalismo así entendido es un deber inexcusable de sus hijos".
Injertado en el epicentro de la década del 70, entre el temor y temblor, y comprometido al máximo con la causa de defender a su Patria, Genta enarbolaba su palabra de acero, de marfil y de verdad, criticando a unos y otros, y su voz irrefrenable se expandía por todo el país, tornándose insoportable para muchos. Y aunque era perfectamente consciente de las posibles, y yo diría, hasta inevitables consecuencias que esto podía acarrearle, Genta, el bienaventurado Genta, no claudicó.
La víspera de su muerte en su último discurso, pronunciado en el marco del VII centenario de la muerte de Santo Tomás de Aquino, presagiando su fin, dio apertura a su discurso con las siguientes palabras:
"... vivimos una hora grave, solemne y decisiva. Acaso sea mejor para los hombres, y en especial para los cristianos tener que vivir, quieran que no, peligrosamente expuestos a morir en cualquier momento. Digo que acaso sea mejor porque aún antes del cristianismo, el verdadero fundador de la filosofía de Occidente, que fue Sócrates, enseñaba que la filosofía es una preparación para la muerte, y nosotros adoramos a un Dios hecho hombre, crucificado por Amor, en la figura del fracaso y de la muerte; porque no hay otro modo de llegar a la Vida Verdadera, que recorrer el itinerario de Nuestro Señor Jesucristo".
Al día siguiente, una ráfaga de metralla acalló su voz en el tiempo del peregrinaje. Once rosas rojas florecieron en su cuerpo cuando Dios le concedió la gracia del martirio, mientras con su mano derecha, esbozaba sobre su frente, el signo de la Cruz. Ocurrió el 27 de Octubre de 1974.
El Padre y Maestro Leonardo Castellani bellamente ha definido al Prof. Genta como "el Pedagogo del ¡oh juremos con gloria morir!"; el Dr. Caturelli con exactitud de prosa lo ha denominado "caudillo socrático cristiano"; yo, humildemente, hago reflejar a Jordán Bruno Genta en el cristalino espejo de sus propias ideas, y lo llamo, con respeto y admiración "¡el arquetipo del amor a la Cruz y del testimonio martirial de la sangre celeste y blanca!".
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Extracto de las Ponencias del Dr. Mario Caponnetto y del Dr. Alberto Caturelli
en un Panel titulado "Jordán Bruno Genta, Filósofo y Mártir",
pronunciadas en Luján, junto al Santuario de la Santísima Virgen,
el día sábado 19 de Agosto del 2006.
Impresionante testimonio. Gracias por el Audio!
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