domingo, 4 de agosto de 2024

La Liturgia, el Valle de los Caídos y Josef Pieper - Jorge Soley

La Liturgia, el Valle de los Caídos y Josef Pieper
Jorge Soley


Extractamos aquí parte del artículo de Jorge Soley, publicado originalmente en el Portal Español de Noticias “El Debate” con el título «El Cofre del Tesoro: las Memorias de Pieper». Se trata de textos escritos durante diferentes momentos de su vida, de los que hemos querido elegir tres para este posteo en el Blog del Centro Pieper: dos ponen foco en la Liturgia y el otro en el Valle de los Caídos.


[El Debate / Centro Pieper] El célebre filósofo Josef Pieper (1904-1997) publicó a lo largo de su vida tres libros de memorias. El primero, Lo que aún nadie sabía, recoge los años que van desde 1904 a 1945. A continuación, en Todavía no acabó el día, Pieper pasa revista a su vida entre 1945 y 1964. Por último, Una historia sin final, transcurre entre 1964 y 1984. Traducidos al español, han sido publicados recientemente por Ediciones Cristiandad en un solo tomo, que agrupa los tres libros originales bajo el título Escritos autobiográficos.

Son textos escritos durante diferentes momentos de la vida de Pieper y, por ello mismo, aunque hay una sola voz narrativa, con su propia e inconfundible personalidad, los enfoques son diversos. Hay periodos en los que la vida universitaria y cultural alemana cobra gran protagonismo, con abundante detalle, en otros son los viajes que Pieper hace a lo largo y ancho del mundo los que adquieren mayor protagonismo. Por último, la deriva de la Iglesia, especialmente en Alemania, durante el posconcilio, ocupa no pocas de las páginas del periodo final.

Rescatamos aquí algunos de sus pasajes:

[…]


[Canto Gregoriano, propio de la Liturgia Romana]

“En la Constitución Conciliar sobre la Liturgia, se lee: «la Iglesia considera el Canto Gregoriano como el canto propio de la Liturgia Romana». ¿Pero dónde se lo puede aún escuchar y cantar realmente?… Al oír los cantos que antaño todo el mundo conocía, no sin dolor y vergüenza se da cuenta uno de la superficialidad con que el cristianismo católico ha echado por la borda esos tesoros inconmensurables y quizás los haya perdido ya de manera irrecuperable”.


[Carácter Sagrado de la Lengua Litúrgica]

“Hay además otro aspecto, pocas veces mencionado, que es necesario considerar. Me refiero al carácter irrevocablemente Sagrado de la Lengua Litúrgica. Sacralidad significa una diferenciación y un ser distinto en comparación con la llana normalidad, que con toda razón determina la cotidianidad de los hombres. Sacralidad significa expresamente una delimitación frente a la trivialidad habitual de la vida diaria… En la Liturgia, la palabra no es un mero medio de comprensión, sino «al mismo tiempo mysterium». Es por lo tanto no solo una falta de gusto, sino un disparate opuesto a la esencia de la Liturgia, saludar al comenzar la celebración de la Misa a gente que al ingresar en una iglesia se ha persignado con agua bendita y venerado al Santísimo con una genuflexión, entrando así en «otro» ámbito del mundo, un ámbito «sagrado», deseándole «muy buenas tardes» o, como una locutora de televisión, dándole un «cordial saludo»”.


[El Monumento del Valle de los Caídos y sus Monjes Benedictinos]

“En ningún país europeo, además de España, sería imaginable un monumento como el Valle de los Caídos, con el que el régimen de Franco erigió un muy respetable memorial, admirable en su concepción… más decisiva que la perfección técnica me parece la idea que materializa. Por más cálculo político que haya entrado en juego, sigue siendo un grandioso pensamiento, impregnado del espíritu de reconciliación, que estén enterrados allí los caídos durante la guerra civil, cualquiera sea el lado en el que hubieran peleado, bajo una Cruz que domina ampliamente el paisaje, cerca de las imágenes de todas las Vírgenes propias de España y bajo la custodia de Monjes Benedictinos. Cuando en mi primera visita, sin previo aviso por así decirlo, oí entonar a esos niños que entraban en larga procesión ante los Monjes, el requiem aeternam en gregoriano, que no había vuelto a oír desde hacía casi diez años, en la Misa de Exequias para nuestro hijo Thomas, olvidé y rechacé al instante todo dilema político”.






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