sábado, 1 de octubre de 2022

El Nacimiento de la Cultura Cristiana y los Padres de la Iglesia - Rubén Peretó Rivas

El Nacimiento de la Cultura Cristiana y los Padres de la Iglesia
Dr. Rubén Peretó Rivas


Séptima Conferencia del XVI Curso Anual 2022 titulado «Aproximación a los Padres de la Iglesia (y Escritores Eclesiásticos)».


[Centro Pieper] El Centro de Humanidades Josef Pieper de Mar del Plata (Argentina), tiene el agrado de invitarlos a participar de la transmisión de la Conferencia del Dr. Rubén Peretó Rivas titulada “El Nacimiento de la Cultura Cristiana y los Padres de la Iglesia”

Se transmitirá en vivo el próximo Miércoles 5 de Octubre a partir de las 19:30hs de Argentina. 

Podrá ser vista gratuitamente por el Canal de YouTube del Centro Pieper en el siguiente enlace:


O a través de la pantalla que se encuentra a continuación: 


(Después del estreno, podrá ver la Conferencia “a demanda”, cuando lo desee, en el mismo enlace)
¿Te las vas a perder?

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Rubén Angel Peretó Rivas es Doctor en Filosofía, por la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino, Angelicum, de Roma y diplomado con el Diploma Europeo de Estudios Medievales por la Federación Internacional de Institutos de Estudios Medievales.

Ha sido profesor invitado de la Universidad de Oxford y becario Fulbright en la Universidad de Notre Dame, Estados Unidos. Es profesor titular de Historia de la Filosofía Medieval en la Universidad Nacional de Cuyo y Director del Doctorado en Filosofía de esa misma casa de estudios. Además, es Investigador Principal del CONICET. 

Se ha dedicado al estudio de autores de la patrística y de la Alta Edad Media, especializándose en el pensamiento de Evagrio Póntico, tema sobre el que ha dirigido proyectos de investigación acreditados por el Conicet y por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación Científica y financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo. 

Ha publicado numerosos artículos en revistas científicas especializadas y varios libros, entre otros:
   - Tolerancia: teoría y práctica en la Edad Media (2012);
   - El platonismo en los Padres de la Iglesia (2017);
   - Evagrio Póntico y la acedia (2018);
   - El Nacimiento de la Cultura Cristiana (2021).


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No habrá muchos más dinosaurios
Natalia Sanmartín Fenollera


Prólogo al libro “El Nacimiento de la Cultura Cristiana” de Rubén Peretó Rivas. 


C.S. Lewis dijo una vez, durante una lección inaugural impartida en Cambridge en 1954, que las mentes contemporáneas no están preparadas ya para comprender los textos de la antigüedad. Él atribuía esa incapacidad al efecto de la educación moderna sobre el entendimiento, a la dificultad del hombre actual para desprenderse de los estrechos prejuicios de la modernidad. Lewis culpaba también a la ignorancia de las lenguas muertas, a la nula habilidad para leer con soltura y fluidez las grandes obras clásicas en la lengua en que fueron escritas. Él se consideraba a sí mismo miembro de una vieja raza casi extinta: la de los occidentales educados desde la infancia en la cultura antigua, capaces de escribir y leer sin esfuerzo latín y griego clásicos; y de hacerlo no por ser especialistas, sino por ser europeos. En aquella lección en Cambridge, hizo lo que haría un bondadoso especimen en peligro de extinción ante un grupo de oyentes desorientados: ofrecerse como objeto de estudio. No va a haber muchos más como yo, vino a decirles aquella tarde; no verán ustedes ya a muchos hombres educados en la vieja cultura occidental. Obsérvenme bien y aprovechen la oportunidad, les advirtió. Y finalmente espetó a bocajarro: “No habrá muchos más dinosaurios”.

Casi setenta años más tarde es evidente que no quedan dinosaurios. Hay académicos y especialistas, pero no dinosaurios auténticos, nacidos y educados en hogares de dinosaurios, hijos y nietos de saurios genuinos. Si Lewis tenía razón, y para comprender la cultura occidental, clásica y cristiana, no nos basta con leer volúmenes traducidos y anotados, ¿qué podemos hacer? Por una parte, podemos desaprender viejos hábitos, liberarnos de prejuicios arraigados, hacerlo con disciplina intelectual y mediante un profundo ejercicio de humildad. Por otra, tratar de introducir en las escuelas y los colegios, incluso en los hogares, aunque sea bajo la alfombra, el estudio de las lenguas clásicas. Y en medio de ambos, como si se tratase de un preámbulo o de un aperitivo, podemos empezar por la tarea más apasionante de todas: ir de caza. Ir en busca de dinosaurios, no de los últimos, como Lewis, sino de los primeros, como san Benito. Investigar cómo eran, cuál era su hábitat, cómo vivían, qué buscaban, qué pretendían, qué amaban y qué papel desempeñaron en el lento nacimiento de la cultura cristiana.

La razón de ser de este libro es exactamente esa: mostrarnos a grandes y escogidos dinosaurios que contribuyeron, a veces de forma pública y otras silenciosa, al nacimiento de la cultura cristiana. Ha sido escrito por un académico, y también por un buen amigo, profesor de Historia de la Filosofía Medieval en la Universidad Nacional de Cuyo, en Mendoza, Argentina, que confiesa haber abordado la tarea sin pretensiones académicas, y ese es uno de sus mayores aciertos. Porque no se trata de un manual denso o de un ensayo científico, sino de un mapa apasionante en el que se cruzan itinerarios perfectamente trazados para viajar al mundo antiguo, a la tierra de los dinosaurios, y vislumbrar a través de la historia de un puñado de hombres, de sus obras, sus cartas y su amor por la Escritura, de visitas a viejas bibliotecas, de consultas sobre misteriosos códices y de viajes a antiguas ciudades y catedrales, cómo era aquel tiempo, cómo fueron aquellos hombres y cómo se formó aquella cultura.

Los primeros dinosaurios que encontraremos en este libro son Casiodoro, San Benito y Alcuino de York. En sus páginas nos toparemos con sabios tratados sobre la educación, como la Disputatio de Vera Philosophia, en la que Alcuino explica mediante el diálogo entre un maestro y su discípulo la verdadera naturaleza de la sabiduría cristiana, que puede alcanzarse a través del estudio de la Biblia y de las siete artes liberales. Nos conmoveremos con la hermosa carta de Dhuoda a su joven hijo al que ilustra sobre la salmodia, sobre cómo los salmos nos acompañan en cada momento de la vida, en cada tropiezo, en cada desaliento, como una llamada eterna que nos empuja constantemente hacia Dios. Capítulo tras capítulo, conoceremos la vida del rey Etelberto de Anglia Oriental, escrita por Gerardo de Gales, y nos sumergiremos en el misterio de la liturgia, que es el corazón de la cultura cristiana, la semilla en torno a la cual Occidente creció y se multiplicó. La profunda cultura cristiana, que germinó como la palmera plantada junto a la acequia, en la que se purificó lo viejo y de la cual bebió lo nuevo, mientras se desarrollaba en medio del jardín cerrado del que nos habla el Cantar de los Cantares. 

John Senior defendía que la cultura cristiana es la Santa Misa y todo lo que se ha generado a su alrededor para enriquecerla y protegerla. No es una casualidad que este libro, que narra el nacimiento de esa cultura, dedique un amplio y hermoso capítulo a la liturgia. Esas páginas, mis preferidas, tocarán el corazón de todos los que aman la antigua tradición de la Iglesia y les descubrirán maravillas como el uso de Sarum, la variante del rito romano que floreció en Inglaterra y Escocia, con su espléndida riqueza, hasta la Reforma protestante. También abrirán un nuevo horizonte para los católicos que creen que la liturgia romana es solo un hermoso adorno, es aquello que recubre el tesoro, pero no es en sí mismo un tesoro; aquellos que consideran que lo único importante del culto es que la consagración del cuerpo y la sangre del Señor sea válida y que todo lo demás es poco más que un envoltorio. Son páginas imprescindibles para quienes no hayan descubierto aún que la manera correcta de acercarse al altar de Dios, al Dios que alegra nuestra juventud, es recordando que todos nacimos esclavos, que hemos sido comprados a precio de sangre y que ahora, como hijos, hemos de ofrecer lo mejor, lo más alto y lo más profundo a Dios. 

Los dinosaurios que pueblan este libro, que forjaron durante sus vidas los cimientos de la cultura cristiana, sabían que no basta con que el culto sea válido y que la labor de la Iglesia va mucho más allá de garantizar un certificado mínimo de calidad. Sabían que desde los días antiguos en que la tierra era joven, en que Caín y Abel presentaban ofrendas muy distintas a su Creador, la gran pregunta que debe hacerse todo cristiano sobre el culto es si este es agradable o no a Dios.





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Para conocer la programación completa del XVI Curso Anual del Centro Pieper titulado “Aproximación a los Padres de la Iglesia (y Escritores Eclesiásticos)”, presione el siguiente enlace:





6 comentarios:

  1. A la mala Mujer se le dará muerte, a la Iglesia de la Publicidad se le dará muerte, la Bestia del Mar le dará muerte y se comerá sus carnes, la masonería le dará muerte.
    Esta mala Mujer es la Iglesia de la Publicidad, el Partido del Mundo en la Iglesia, los que estaban entre nosotros pero no eran de los nuestros según San Pablo, la cizaña dentro de la Iglesia que en los últimos tiempos será separada para la ciega, la Iglesia pecadora o del pecado, la ciudad de Satanás dentro de la Iglesia opuesta a la Iglesia santa, una Iglesia reformada y protestantizada, etc.
    Ahora, volvamos a Babilonia que se relaciona con la mala Mujer del Apocalipsis, Babilonia que como la mala Mujer la Bestia le dará muerte o como dice en una hora será destruida, madre de rameras porque todas las rameras o herejías se separan de la Iglesia y tratan de buscar acuerdos con los poderosos de este mundo, se van lejos del Esposo mientras la Iglesia ha permanecido con el Esposo por casi dos mil años.
    La Iglesia católica tiene una religión y un Estado que es el Estado del Vaticano.
    El Estado del Vaticano está en Roma que tiene las siete colinas. Así que cuando el Apocalipsis señala la muerte de la mala Mujer y de la Babilonia está indicando un mismo suceso desde el punto de vista de la Iglesia y del Estado del Vaticano.
    No es Babilonia la masonería cabalista repartida en todo el Mundo que según afirma Viganó va a ser destruida en una hora esa es una interpretación necia e irracional, no hay motivo para que Babilonia sea la masonería muy por el contrario la masonería será parte de las dos Bestias señaladas arriba que ayudarán a gobernar al Anticristo y al Falso Profeta que encarnan ese espíritu de apostasía.
    El Anticristo y el Falso Profeta se servirá de estas masonería y conformará un gobierno global que no será oculto sino manifiesto y una vez que lo establezcan todos los hombres querrán morir (incluso los de la masonería) pero no podrán y todos gritarán cerros cúbrannos.

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  2. Entonces, Cristo va por el camino diciéndole a los apóstoles todo lo que debía sufrir en la Cruz y Simón se detiene para amonestarlo porque piensa como hombre y no como Dios y sirve de escándalo y Cristo le dice “sal de aquí Satanás”, el que no junta desparrama, es conveniente que Cristo muera de esa forma porque sino ninguno será salvo y porque sino no podrá enviar al Espíritu Santo.
    Y San Pablo sólo enseña una cosa a Cristo crucificado y afirma que si Cristo no resucitó vana es nuestra fe.
    Y ahora vamos todos caminando junto a Cristo y Dios nos dice por el Apocalipsis que es la Revelación que la Iglesia terrenal y este Mundo deben morir y que será una muerte horrible, habrá sufrimientos y dolores como nunca antes y como no los habrá después y que todo eso debe pasar para que Cristo vuelva pronto y nosotros como Simón nos negamos a escucharlo y enseñar el Apocalipsis o lo enseñamos mal y con ello vamos cumpliendo en Apocalipsis no viendo los signos de los tiempos, comiendo y bebiendo, pensando qué haremos como Iglesia y a nivel global en treinta años y Dios nos dice necios esta misma noche tu alma será reclamada.
    Todo esto nos muestra el pecado final cometido en comunidad, la apostasía general, el no creer que Cristo vuelve pronto.
    Por ello, no entendieron nada, cuando Cristo les habla a los apóstoles y les habla en parábolas no sólo se refiere a la muerte de cada persona sino a la muerte de la Iglesia y del Mundo.
    Deja a los muertos enterrar a los muertos, volveré pronto.
    Por ello el Apocalipsis es un libro de esperanza pero esperanza como virtud teologal y no de esperanza mundana en lo que vamos a hacer mañana, de esperanza en Cristo que vuelve pronto, en encontrarse con Dios, todo este sufrimiento del Apocalipsis nos debería hacer desesperar si no tuviéramos la esperanza en que Cristo vuelve pronto y con Él se cumplen todas las profecías y se cierra la Historia de Salvación.

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  3. Generalmente el único comentario interesante es el que es censurado.
    Demasiado contentos con el Mundo y con la Iglesia terrenal para creer en que todo esto debe pasar para que Cristo vuelva pronto.
    Peligrosas afirmaciones las que hace Viganó promesas de que esto pasará y pronto gracias a la Virgen y por medio de la Virgen.
    Y habrá falsos profetas capaces de confundir incluso a los elegidos si ello fuera posible.
    No señala de dónde Viganó saca esas ideas porque el Apocalipsis y Dios enseñan otra cosa y si comenta el Apocalipsis, Viganó, debería seguir en los Santos Padres y Doctores de la Iglesia para ver qué es lo que dicen y qué no dicen.
    Primero, la Bestia del Mar y la Bestia de la Tierra son vistas por los santos Padres como un gobierno político bestial global y como una religión e iglesia bestial global respectivamente. O sea, el mar es el terreno de la política y la tierra lo es de la religión.
    En cuanto a la Bestia del Mar que tiene diez cabezas con cuernos diez se refiere a que son muchos los gobiernos bestiales que forman esta Bestia, este imperio, recordemos que Daniel habló de siete Bestias o Imperios, Egipto, Babilonia, Roma, etc. y un Octavo que será por poco tiempo, tres años y medio, 1260 días del antiguo calendario o dos tiempos más medio tiempo más un tiempo porque Dios nos repite mucho las cosas para que nos quede claro porque somos muchas veces necios.
    A esta Bestia del Mar le crece un pequeño cuerno que no puede ser otro que la masonería cabalística que vence a otros tres y los demás se le someten.

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  4. La mala Mujer no se convierte en Bestia se sienta sobre la Bestia del Mar, sobre el gobierno global para servirse y servir, se va lejos del Esposo, adultera y prostituye su fe, a Israel los profetas le han llamado ramera, a la nueva Israel, la Iglesia o una parte de Ella le cabe ese nombre porque sólo a la Esposa que se va lejos del Esposo le corresponde ese nombre cuando se aleja del Esposo. Nunca va a ser Bestia seguirá siendo mujer pero se va a convertir en una mala Mujer.
    A la mala Mujer se le dará muerte, a la Iglesia de la Publicidad se le dará muerte, la Bestia del Mar le dará muerte y se comerá sus carnes, la masonería le dará muerte.
    Esta mala Mujer es la Iglesia de la Publicidad, el Partido del Mundo en la Iglesia, la contraIglesia dentro de la Iglesia, los que estaban entre nosotros pero no eran de los nuestros según San Pablo, la cizaña dentro de la Iglesia que en los últimos tiempos será separada para la ciega, la Iglesia pecadora o del pecado, la ciudad de Satanás dentro de la Iglesia opuesta a la Iglesia santa, una Iglesia reformada y protestantizada, etc.
    Ahora, volvamos a Babilonia que se relaciona con la mala Mujer del Apocalipsis, Babilonia que como a la mala Mujer la Bestia le dará muerte o como dice “en una hora será destruida”, madre de rameras porque todas las rameras o herejías se separan de la Iglesia y tratan de buscar acuerdos con los poderosos de este mundo, se van lejos del Esposo mientras la Iglesia ha permanecido con el Esposo por casi dos mil años.
    La Iglesia católica tiene una religión y un Estado que es el Estado del Vaticano.
    El Estado del Vaticano está en Roma que tiene las siete colinas.

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  5. Así que cuando el Apocalipsis señala la muerte de la mala Mujer y de la Babilonia está indicando un mismo suceso desde el punto de vista de la Iglesia y del Estado del Vaticano.
    No es Babilonia la masonería cabalista repartida en todo el Mundo que según afirma Viganó va a ser destruida en una hora esa es una interpretación totalmente errónea, no hay motivo para que Babilonia sea la masonería muy por el contrario la masonería será parte de las dos Bestias señaladas arriba que ayudarán a gobernar al Anticristo y al Falso Profeta que encarnan ese espíritu de apostasía.
    El Anticristo y el Falso Profeta se servirá de esta masonería y conformará un gobierno global que no será oculto sino manifiesto y una vez que lo establezcan todos los hombres querrán morir (incluso los de la masonería) pero no podrán y todos gritarán cerros cúbrannos.
    El mal al manifestarse en un gobierno y religión global será tan bestial que mostrará todo el sin sentido del pecado, toda la necedad del hombre quedará expuesta, querrán crear el paraíso en la tierra y crearán un infierno en la tierra, ni siquiera tendrán paz porque Gog se enfrentará a Magog se les dará el gobierno del Mundo durante tres años y medio para que lo choquen para que demuestren que no sirven de nada y para que se compruebe que sin Dios nada podemos.

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  6. Y San Pablo sólo enseña una cosa a Cristo crucificado y afirma que si Cristo no resucitó vana es nuestra fe.
    Y ahora vamos todos caminando junto a Cristo y Dios nos dice por el Apocalipsis (que es la Revelación) que la Iglesia terrenal y este Mundo deben morir y que será una muerte horrible, habrá sufrimientos y dolores como nunca antes y como no los habrá después y que todo eso debe pasar para que Cristo vuelva pronto y nosotros como Simón nos negamos a escucharlo y enseñar el Apocalipsis o lo enseñamos mal y con ello vamos cumpliendo el Apocalipsis no viendo los signos de los tiempos, comiendo y bebiendo, pensando qué haremos como Iglesia y a nivel global en treinta años y Dios nos dice necios esta misma noche tu alma será reclamada.
    Todo esto nos muestra el pecado final cometido en comunidad, la apostasía general, el no creer que Cristo vuelve pronto.
    Por ello, no entendemos y no vemos, cuando Cristo les habla a los discípulos y les habla en parábolas no sólo se refiere a la muerte de cada persona sino a la muerte de la Iglesia terrenal y del Mundo.
    Deja a los muertos enterrar a los muertos.
    Vuelvo pronto.
    Por ello el Apocalipsis es un libro de esperanza pero esperanza como virtud teologal y no de esperanza mundana en lo que vamos a hacer mañana, de esperanza en Cristo que vuelve pronto, en encontrarse con Dios, todo este sufrimiento del Apocalipsis nos debería hacer desesperar si no tuviéramos la esperanza del católico en que Cristo vuelve pronto y con Él se cumplen todas las profecías y se cierra la Historia de Salvación.
    Si se ama al Mundo y a la Iglesia terrenal más que a Dios no se ha cumplido el primer mandamiento amar a Dios sobre todas las cosas.
    Vamos a morir en algún momento, el Mundo va a morir en algún momento y la Iglesia terrenal va a morir en algún momento lo que debería interesarnos no es si la Iglesia terrenal continúa diez o quince años más sino si Cristo vuelve o no vuelve porque si no vuelve vana es nuestra fe porque eso significa que no resucitó y eso significa que no es Dios.
    Entonces, si no creemos en Cristo nos aferramos a algo que no es Cristo, nos aferramos a tener descendencia, a hacer una obra reconocida por los hombres, a quedar en la historia, nos ocupamos de la Iglesia terrenal como de una ONG muy piadosa, nos ocupamos y preocupamos de muchas cosas vanas y que son vanidad de vanidades.
    Somos como Marta corriendo de un sitio a otro tratando de ocuparnos de lo secundario cuando María se ocupa en lo único importante que no le será arrebatado.
    ¿Cuándo vuelva hallaré fe a mi regreso? ¿Fe en qué? En mi regreso.
    Los signos se van cumpliendo y los católicos esperan de alguna manera que se les conceda un tiempo más para vivir esta vida terrenal y que se le conceda un tiempo más a la Iglesia terrenal y al Mundo pero lo piden porque no tienen fe en que Cristo vuelva pronto.
    Ahí están los signos, se van cumpliendo uno por uno y no tienen fe y esperan que Bergoglio pase pronto cuando deberían enseñar y esperar que Cristo vuelve pronto.
    Ese es el meollo de nuestra fe en los tiempos finales como bien lo señaló el Padre Castellani que Cristo vuelve porque sabemos por la fe y sin fe ignoramos que resucitó y subió a los Cielos y desde allí a de venir a juzgar a vivos y muertos.
    Esta es nuestra fe y no otra y si no se enseña esto, nos dedicamos a lo accesorio.

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